Hace un siglo, Argentina era llamada «el granero del mundo»; una nación basada en el modelo agro exportador y una potencia a nivel internacional. Sin embargo, durante años, sectores de la sociedad desvalorizaron el hecho de ser un país que sólo producía alimentos. Y aunque se intentó cambiar el rumbo, debemos reconocer que nunca dejó de ser la actividad la base de nuestra economía.
Luego los hechos sucedieron solos y parecían darles la razón, porque la superproducción agrícola generada después de la Primera Guerra Mundial, que precedió a la llamada Gran Depresión, tuvo una marcada influencia negativa para Argentina. Y Pergamino, como una de las ciudades principales de la región productora, no fue ajena a las graves dificultades que se desataron.
En este contexto, durante la segunda mitad de la década del veinte, un grupo de 36 productores agropecuarios decidieron nuclearse para enfrentar con mayor posibilidad de éxito, la crisis que se insinuaba. Así nació el 23 de abril de 1927, la Sociedad Rural de Pergamino, que entre sus principios fundacionales declaró: fomentar el desarrollo y adelanto de la agricultura, la ganadería y las industrias derivadas.
Hoy, 86 años después, podemos asegurar que fue mucho el trabajo realizado al respecto, y que bien valió la pena creer en el potencial del sector.
Nuestra actividad hoy vuelve a ser revalorizada a nivel internacional. El mundo tiene el desafío de generar alimentos para la creciente población, precisa cuidar los recursos naturales y fomentar la actividad agropecuaria en un plan integral a largo plazo que responda a las demandas sociales. Y como la gran promesa de la humanidad, el agro se transformó en fuente de tecnología, desarrollo, empleo e investigación.
Lamentablemente hoy, nuestra lucha encuentra un enemigo interno. Como país, todas las condiciones están dadas, la paradoja está en que sólo se considera la actividad, como una caja de dinero líquido, pero sin ningún plan sólido, y sin conciencia de las consecuencias que tendrá la lapidación de sus recursos.
Por todo esto, hoy quienes conformamos la institución renovamos nuestro compromiso de trabajo, de reafirmar nuestros principios fundacionales:
- Creemos y damos valor en la importancia que tuvo, tiene y tendrá el sector, y el productor agropecuario, como protagonista.
- Con orgullo afirmamos, que somos un país agroexportador, y queremos que todos los argentinos lo estén. Por ello, no sólo defendemos y promocionamos el mismo, sino que también, representamos al campo en el Partido, integrándolo a la comunidad.
Es que fomentamos la construcción de una sociedad integrada, que se escuche, que se defienda, que se sienta parte, la que con respeto y educación, y siempre en conjunto, construya un modelo de país a largo plazo, que logre la Argentina que soñamos.
Y en ello, desde nuestra queridísima entidad, seguiremos trabajando.