El aumento en la capacidad de ahorro hizo que los argentinos acumularan más dólares desde 2003 hasta 2011 que durante la década anterior, pero destinando la misma proporción de sus excedentes a la moneda estadounidense.
El crecimiento a tasas chinas durante la era kirchnerista no logró hacer mella en el apetito por el dólar, en un país con experiencia histórica en crisis cambiarias e inflacionarias. Entre 2003 y 2011, los argentinos destinaron el 11,06% de sus ahorros a refugiarse en divisas, una proporción apenas mayor a la que se registró durante la convertibilidad. Al impedir esa tendencia estable en las preferencias financieras de los argentinos, la prohibición de la compra de moneda extranjera para atesoramiento el Gobierno se ahorrará una demanda de u$s 10.600 millones durante 2013.
-En crisis, sin crisis, con crecimiento, en recesión, con gobiernos liberales o más heterodoxos, igualmente el sector privado destinó en promedio el 2.9% del PBI anual a la compra de dólares – y otros activos externos?- las últimas dos décadas-, escribió Ramiro Castiñeira, analista de Econométrica.
Según datos del Banco Central, entre 1991 y 2001 la compra de activos externos alcanzó un promedio equivalente a 1,9% del PBI anual, mientras que luego de 2003 ese nivel trepó al 3,2% del producto. Los promedios esconden picos momentáneos, como el 7% del producto que se alcanzó en 2002 o el 4,5% que se destinó a dólares el año pasado, cuando el mercado anticipaba un ajuste del tipo de cambio que no se concretó. Pero en el largo plazo, los últimos dos años no fueron muy diferentes en cuando a la necesidad de los privados de aislarse del riesgo interno con al menos parte de sus ahorros.
La diferencia entre las dos décadas, según el análisis de Econometrica, disfraza de mayor apetito por el dólar lo que en realidad fue una mayor capacidad de ahorro del sector privado.
-El ahorro, pasó de 17,6% del PBI en la convertibilidad, a 27,7% en la post convertibilidad. Si el ahorro en la convertibilidad era del 17,6% del PBI y la dolarización del 1,9% del PBI, implica que el 10,8% del ahorro de la economía se destinaba a la compra de activos externos-, mientras que en la post convertibilidad -fue del 11,6% del ahorro, magnitud no muy diferente a la de la convertibilidad-, comentó Castiñeira.
De esta manera, mientras que el stock de dólares pasó de algo más de u$s 50.000 millones a unos u$s 100.000 millones entre 1991 y 2001, las tenencias del sector privado saltaron de ese nivel hasta más de u$s 191.000 millones a fines del año pasado.
Esa aceleración del atesoramiento de dólares, hija de los superávits gemelos y el viento de cola que aportaron los precios internacionales de las exportaciones agrícolas, llevaron a un promedio de formación de activos externos cercano a los u$s 13.000 millones al año, según estima Quantum Finanzas, la consultora conducida por Daniel Marx. Una sangría que al ser detenida por el cepo cambiario que, según cálculos de la misma fuente, le ahorrará al Banco Central una demanda de no menos de u$s 10.600 millones durante el año próximo. Los impedimentos al atesoramiento de divisas explican así el grueso del -ahorro- de dólares que disfrutará el Gobierno en 2013.
Según el informe de Quantum, el cepo opera conteniendo la demanda de dólares temporariamente por varias vías-, junto al parate a las compras para atesoramiento, que el año próximo reducirán la demanda por activos externos en más de u$s 17.000 millones. Entre las principales, las restricciones al giro de dividendos le ahorrarán u$s 2.977 millones en 2013, las trabas a importadores otros u$s 2.766 importaciones, y el pago de regalías otros u$s 976 millones más.
Fuente: El Cronista Comercial