La falta de datos en las pizarras les quitó a las Cámaras Arbitrales el lugar de referentes.
En el mercado de granos, hasta no hace mucho tiempo los valores fijados por las Cámaras Arbitrales eran la referencia cabal del nivel de precios vigente para cereales y oleaginosas. Tanto es así que muchos productores ligaban sus contratos de arrendamiento a las cotizaciones dadas por estas entidades. No obstante, en los últimos años, la situación cambió y en las pizarras los números le dejaron su lugar a la abreviatura s/c (sin cotización).
El presidente de la Cámara Arbitral de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, Javier Buján, dijo a LA NACION que cuando no hay precio en las pizarras las razones son tres: «La primera, no hubo información sobre operaciones realizadas; la segunda, las operaciones denunciadas no revisten las condiciones para fijar un valor [entrega inmediata, pago contado y mercadería estándar condiciones cámara], y, la tercera, la Comisión tiene el poder para descartar una operación declarada por considerar que no responde a una realidad de mercado [poco volumen y precio alto o bajo, entre las principales razones]».
Así, las operaciones con entrega diferida y con entrega a cosecha, que tienen mucha vigencia en estos días, son dos de las modalidades de negocios que dejan a las pizarras de las Cámaras sin datos. También lo hacen los sobreprecios ofrecidos por determinados compradores (particularmente de soja), que, para asegurarse la mercadería, pactan justamente pagar por encima del precio de pizarra.
«Todos somos responsables de lo que sucede, algunos en mayor y otros en menor medida. La ausencia de precios de referencia no se da porque sí, sino porque todos hemos colaborado para que así suceda y para que el mercado tenga cada vez menos transparencia», explicó Buján. Y añadió: «Esto se soluciona informando todas las operaciones que se realizan a las distintas Cámaras; no permitiendo que se escondan operaciones bajo formatos que impiden que ese precio llegue a la pizarra, y con un gran compromiso de institucionalidad, que lamentablemente hoy día está bastante devaluado»
Fuente: La Nación