El 2013 volvió a ser un año muy duro para el campo argentino y lamentablemente se está haciendo costumbre. Esta vez las contingencias climáticas no nos azotaron tan profundamente como en el año 2012, pero las políticas nacionales en relación al sector siguen llevándonos a una agonía crónica. Se cumplieron 5 años de la 125, un momento que marca la lucha del interior productivo, que aún continúa firme y viva en pos de una República más federal, justa y democrática.
Y es muy triste, porque como pasa en todos los casos, cuando algo se hace crónico, la sociedad se cansa de verlo, los reclamos se vuelven ruidos, aunque las consecuencias las sufrimos todos.
Argentina dejó de ser el primer exportador de trigo, dejamos de tener la hegemonía en el comercio de carne en Latinoamérica, vemos con desesperanza como nuestros vecinos uruguayos o paraguayos hoy exportan más carne que la Argentina, cuando por muchísimos años fuimos el modelo a copiar; hoy mientras que sus fronteras se abren al Mundo, nosotros cada vez nos cerramos más. Lo peor de todo es que las medidas tomadas en este sentido tenían el objetivo de abaratar la mesa de los argentinos y lamentablemente como era de esperar, actualmente sale casi igual la carne que el pan; por lo tanto, antes era cara la carne y hoy lo es la carne, el pan y la verdura. Del otro lado y continuando con lo desequilibrado del modelo, el precio que se les paga a los productores en el campo por estos productos, dista de los valores que la gente paga en el supermercado, tal es la diferencia que en algunos casos resulta 100 veces menos.
Este escenario nos replantea un cambio de estrategias propio, tratar de buscar otro camino, generar alternativas, diálogo y participar más en política. Hacer para actuar, para crecer y generar un desarrollo en conjunto.
Más allá de los resultados, desde nuestra institución podemos decir que lo hicimos, se trabajó no solamente en la defensa del sector, sino también en la consolidación de la Mesa de Enlace de Pergamino y las Instituciones locales; un hecho histórico, que marca la unión y el diálogo de todo ciudad.
Seguimos también con la formación de jóvenes a través del Ateneo Juvenil de la entidad, quienes serán nuestros dirigentes mañana.
Nos abocamos a distintas campañas de ayuda y continuamos integrando la Mesa Solidaria.
Nos reunimos junto a diferentes instituciones para el debate del proyecto de agroquímicos en Pergamino, estuvimos en estado de alerta ante el posible aumento del impuesto inmobiliario, el de las tasas municipales, entre otros.
Mejoramos notoriamente el Predio y compramos equipamiento, para dar más respuestas a los socios y a la comunidad, que asiduamente utiliza nuestras instalaciones.
Celebramos 75 exposiciones casi ininterrumpidas con la gente. Compartimos nuevamente la fiesta de la ciudad, en unas jornadas inolvidables.
Y además, después de muchos años, volvimos a estar en lo más alto de nuestro deporte nacional, la Rural salió subcampeona del Abierto Argentino de Pato.
Trabajar, insistir, amar y defender lo nuestro, eso es lo que hacemos. Por eso, estamos orgullosos de lo realizado, aprendemos de las experiencias y redoblamos la apuesta.
Queremos ver a la Argentina crecer. Deseamos mantener al sector unido, trabajando para el país, un país que con diálogo, escucha y trabajo, se forje un futuro digno para todos.
En este año sentimos orgullo, de que el Cardenal Bergoglio, haya sido elegido como el discípulo de Pedro, Nuestro Papa Francisco y esto nos trae esperanza, porque su caso nos muestra que aún quedan valores para rescatar en esta Argentina y a través de El iniciar el cambio que todos anhelamos. Y esta en nosotros en cada uno de nosotros, ayudar a encontrarlo, y a continuar formando esta clase de ciudadanos que hacen falta para un cambio. Para ello es necesario el cultivo de los valores tradicionales, que los inmigrantes trajeron a nuestra patria. El valor es un bien que se adquiere con sacrificio y el campo sabe mucho de esto.
Volvamos a nuestra raíces, esta generación aún puede recordar quienes fueron nuestros ancianos, porque tuvimos contacto con ellos, esos que vinieron a hacer una Argentina grande, una América, esos que sin ir al colegio, trabajaban en el campo o en una fábrica y por las noches aprendían de parte de sus padres matemática, historia; sin calculadoras sabían hacer una cuenta y tenían una letra privilegiada, aunque tuviesen las manos ajadas por el trabajo y la cara reseca de la intemperie, hoy con computadoras portátiles, internet, etc, no podemos lograr nada de ello. Lo que sucedía, era que en aquella época la necesidad de superación, era el objetivo primordial de la familia. Tenían esperanza, pero trabajaban para ella.
Debemos dejar de pensar en singular, pensemos en conjunto. El bienestar de la sociedad es la que no debe motivar para comprometiéndonos tratar de alcanzar el bien común, eso es participación.
Por eso, desde la Sociedad Rural seguiremos en el ámbito gremial defendiendo los derechos de los productores agropecuarios, pero a la vez, insistiremos en la firme idea de ir desarrollándonos en la sociedad como una institución importante que aplica la solidaridad y que trabaja con la gente para atender las necesidades de su ciudad y su país, que son las siempre las mismas: educación, trabajo, seguridad y justicia.
Les deseamos un muy buen año, con paz, trabajo y amor al prójimo.
Pablo Sorasio
Presidente
S.R.P.