Sectores como el trigo, el girasol y la carne producen menos que en 2003; desde 2008 desaparecen 1000 empresas agropecuarias por año.
Con la excepción de la soja, que logró un explosivo crecimiento en área y producción, para los principales productos del campo la «década ganada» de gobiernos kirchneristas quedó trunca. Respecto de 2003 hubo 30% de caída en la producción de trigo, 34% en girasol, casi 10% en carne, el cierre de 125 plantas frigoríficas con 15.000 obreros despedidos, la lechería alejada del crecimiento de otros países y las economías regionales que siguen sin superar sus mejores registros: todos indicadores de que para muchos sectores del campo han sido años malos o, en el mejor de los casos, mediocres.
De hecho, desde hace cuatro años desaparecen casi 1000 empresas agropecuarias por año, según datos del Ministerio de Trabajo de la Nación.
En el sector coinciden en que el problema fue la receta que aplicó el kirchnerismo: más allá de la soja, que logró quedar al margen de las políticas oficiales y que sirvió como fuente de ingresos al Estado a través del cobro de retenciones, desde 2006 hubo permanentes trabas al comercio, intervenciones de mercado y cuotificación de las exportaciones que desalentaron la producción en sectores emblemáticos del país. A estos factores se sumó, en los últimos años, el retraso cambiario, que tuvo un fuerte impacto en muchos productos regionales.
Contra el intervencionismo, los productores que pudieron se refugiaron en la soja.
Lo que ocurrió con el trigo, que supo ser el cultivo insignia del granero del mundo, es sintomático porque está entre los productos que el Gobierno más intervino con cierres de exportaciones y controles. Esas medidas se empezaron a tomar en 2006.
Según datos del Instituto de Estudios Económicos y Negociaciones Internacionales de la Sociedad Rural Argentina (SRA), del promedio de siembra de 5.829.333 hectáreas en las campañas 2003/2004 a 2005/2006, se cayó el año pasado a 3,6 millones. El cereal perdió 38% de área. Hace dos campañas, la superficie sembrada (3,1 millones de hectáreas) fue la peor en más de un siglo. Por el lado de la cosecha las cosas no fueron mejor. Del promedio de 14.383.333 toneladas de los ciclos 2003/2004 a 2005/2006, el volumen se redujo la última campaña a 10,1 millones. Un 30% menos.
Mientras tanto, se desplomaron las exportaciones. Entre 2004 y 2007, la Argentina exportó por encima de los 9 millones de toneladas. Luego hubo una caída, una recuperación con 11,4 millones exportadas en 2012 y otro derrumbe a 3,2 millones en 2013. El Gobierno autorizó para 2014 la venta de un millón de toneladas, menos del 10% de lo exportado en 2012. Y el país, que ocupaba el 5° puesto como exportador en el mundo, descendió al 9°.
La década ganada tampoco alcanzó a la carne. Mientras se produjeron 3,13 millones de toneladas en 2005, el año pasado cerró con un estimado de 2,84 millones, una baja de casi 10%. Con un férreo control, esas exportaciones también disminuyeron: de 771.400 toneladas en 2005, el año pasado terminaron en 204.000, según el informe de la Rural. Y la Argentina, posicionada como tercer exportador global, descendió al puesto 11°, por debajo de Brasil, Uruguay y Paraguay. «Durante el gobierno de Cristina Kirchner tuvimos las exportaciones más bajas de los últimos 40 años sin considerar el año que tuvimos brote de aftosa [2001]», señaló Ernesto Ambrosetti, economista jefe de la SRA.
Con años de bajos precios para los productores, se liquidaron 10 millones de cabezas del stock. Además, cerraron 125 frigoríficos y se perdieron más de 15.000 empleos. Por ejemplo, empleados del Frigorífico Hughes, perteneciente al grupo brasileño Marfrig y ubicado en esa localidad de Santa Fe, acaban de cortar una semana y de manera intermitente la ruta 8 por la suspensión de actividades. En el Frigorífico San José, controlado por la provincia de Entre Ríos, el personal hizo la semana pasada una protesta por sueldos atrasados.
Cultivo importante en zonas marginales, pero castigado con retenciones de 32% en su grano y 30% para sus subproductos, el girasol fue también afectado. Mientras su área promedio de los ciclos 2003/2004 a 2005/2006 había estado en 2.021.667 hectáreas, pasó en 2013 a 1,48 millones. Una merma de 27%. La producción también se redujo: de 3,53 millones a 2,32 millones de toneladas (-34%). La última campaña fue de las peores en 40 años.
En exportaciones, la Argentina colocó 1,2 millones de toneladas de aceite en 2006 y representó el 29,5% del mercado mundial. Este año podría superar las 550.000 toneladas con una participación global por debajo del 9%, dice el economista Jorge Ingaramo.
El escenario tampoco es exitoso para la leche, cuya producción quedó en 2013 en 11.100 millones de litros, 10% por encima de los 10.111 millones de 2000. No son buenos resultados si se considera, por ejemplo, el alza de 65% que tuvo en estos años Brasil (de 20.000 millones a más de 33.000 millones). Y, aun con producciones lecheras más chicas que la argentina, Chile creció 35%, y Uruguay, 68 por ciento.
El deterioro alcanza a los productos regionales. Según datos de Coninagro, mientras hasta 2007/2008 se había crecido en indicadores de área y producción, hubo después un retroceso. Varias producciones no superan hoy niveles de otras épocas. Ejemplo: en 2012/13 se produjeron 708.000 toneladas de algodón, pero el récord se había dado en 1996, con 1.350.000. Es decir, se está casi en la mitad.
Algo similar pasó con la yerba mate, cuya producción fue la misma entre 2003 y 2013 (290.000 toneladas). En manzanas, la superficie con el cultivo, históricamente de 50.000 hectáreas, comenzó en 2003 a reducirse y hoy es 14% menor. Igual que las naranjas, sector que pasó de una superficie de 58.000 a 47.500 hectáreas, 18% menos. La papa tampoco creció: su producción de 2,2 millones de toneladas es equivalente a la de 2003 y similar a la de mediados de los 80, mientras la superficie implantada se redujo 7%. En arroz es representativo de lo que ocurrió en Entre Ríos, provincia referente: la superficie sembrada fue de 68.400 hectáreas en 2013, un 5% menor a 2003 y 10% menos que en 2000.
Federico Landgraf, economista de Coninagro, pone énfasis en la menor existencia de empresas. «En 2008 había 68.757, según la información del Ministerio de Trabajo [con datos de CUIT], y para 2012 se registraron 65.511. Es decir, desde hace cuatro años perdemos casi mil empresas por año del sector agropecuario.»
Mientras tanto, la que ganó fue la soja. De una producción de 31,5 millones de toneladas en 2003/2004 y 14,5 millones de hectáreas, este año tendrá entre 53 y 55 millones de toneladas y más de 20 millones de hectáreas. Generaría en 2014 un negocio de más de US$ 28.000 millones (casi US$ 4000 millones más que el año pasado) y retenciones para el Estado por US$ 9200 millones (+14%).
Es cierto que los productores ven luces de alerta con los costos. En Salta, la siembra se redujo esta campaña en 100.000 hectáreas por el peso de las retenciones (35%) y, sobre todo, la incidencia de los fletes hasta los puertos de Rosario, que se llevan de 60 a 80 dólares por tonelada y hacen que, en campos alquilados, los márgenes den negativo.
Por Fernando Bertello | LA NACIÓN