Calculan que pasaría de 671 millones a 1.112 millones de dólares.
¿Cuánto significa la cadena de valor del girasol para la economía argentina?, disparó Ramiro Costa, economista de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, en un panel referido a la competitividad del cultivo, compartido con Ricky Negri (h), de Aacrea, durante el sexto Congreso Argentino del Girasol, que se llevó a cabo esta semana en Buenos Aires.
“Cuando hablamos de valor agregado, no todo el mundo entiende lo mismo que nosotros los economistas”, dijo. “Valor agregado es lo mismo que decir “Producto Bruto”, es decir, ventas menos costos. No está vinculado con el nivel de industrialización del producto. Para medir el valor agregado hay que conocer la estructura de costos”, explicó.
El valor agregado de la cadena de girasol en 2013/14 es de 671 millones de dólares, es decir, el 0,14 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). El promedio para 2005/10 era de 1.126 millones, es decir, 0,45 por ciento del PIB. “Esto tiene una gran relevancia”, apuntó.
“La cadena tributa un total de 259 millones de dólares. Implica el 0,17 por ciento de la recaudación total. Se compone de 52 por ciento de derechos de exportación y 48 por ciento de otros impuestos. Es decir, que tendría poco impacto sacarle las retenciones”, dijo.
Costa arrojó otro dato significativo: 0,64 pesos de cada un peso vendido por la cadena es valor agregado. Comparando con el resto de las actividades, cuyo promedio es de 0,56 pesos, la cadena del girasol agrega más valor que el promedio de las demás cadenas.
Otro dato: la distribución del valor está relativamente bien distribuido entre los eslabones de la cadena.
Gran limitante
Para Costa, los derechos de exportación son la gran limitante. A partir de esto, desarrolló algunos escenarios supuestos. Si se eliminaran los derechos de exportación, el área sembrada respondería con elasticidad, un 20 por ciento más, e iría a 1,7 millones de hectáreas. El excedente se exportaría como harina y aceite y el valor agregado sin derechos de exportación subiría a 1.112 millones de dólares. Es decir, un incremento del 66 por ciento. El Gobierno cedería sólo 40 millones de dólares, el 0,02 por ciento de la recaudación.
Ricardo Negri (h), de Aacrea, analizó la competitividad del girasol desde la perspectiva productiva. “Cayó el área, continuó desplazándose a ecosistemas más frágiles, y esto se refleja en la pérdida de posiciones en el ranking global de productores. Ucrania nos pasó el trapo”, dijo.
Negri detalló los factores de competitividad agronómicas del girasol y destacó que es competitivo en aquellos ambientes donde la soja es poco estable. Allí, el girasol tiene su espacio. Tiene mejor comportamiento en ambientes de riesgo hídrico al momento de cosecha, mejor interacción con cultivos forrajeros en zonas mixtas. También permite la incorporación de fertilizantes en planteos donde la soja no responde a la fertilización (lomas de zonas con ecosistemas frágiles); permite cosechar en ambientes en donde la soja se hubiera perdido. Aunque en algunos planteos es un desafío la gestión del rastrojo por problemas físicos y químicos (residualidad).
En lo económico, Negri sostuvo que mejora el portfolio de riesgo en zonas de por sí riesgosas. Es el cultivo de gruesa que genera ingresos más tempranos, lo que mejora el flujo de fondos de la empresa.
Fuente: La Voz del Interior