Se cerró la ventana de siembra óptima del cereal y se estima la cobertura de un área de 650.000 hectáreas con trigo, quedando lejos de la intención inicial de hace dos meses, de 750.000. El riesgo de pérdidas crece en los maíces tardíos.
Aunque puedan sumarse algunos lotes más de trigo en las zonas retrasadas, se estima que el área triguera finalmente concretaría un crecimiento de 2,5% respecto a la campaña pasada (635.000 hectáreas). Así lo señala la Guía Estratégica para el Agro (GEA) elaborada por la Bolsa de Comercio de Rosario. En el informe la entidad señala que entre las demoras por los problemas de caminos para entrar a los lotes, la falta de piso y menor intención de siembra a la pensada inicialmente, las labores de implantación del cereal están cubriendo el 95% del nuevo total intencionado en la región núcleo.
En el norte de Buenos Aires hay cuadros trigueros que muestran fallas en la germinación por los excesos hídricos, impidiendo el adecuado cierre del surco ante el paso de la sembradora y la oxigenación necesaria para desencadenar los mecanismos de germinación. Los trigos que han logrado germinar sin problemas están creciendo rápidamente en muy buenas condiciones. Los estadios fenológicos se particionan en igual proporción entre emergencia y foliación. Los primeros lotes sembrados comienzan a macollar pero las temperaturas óptimas de esa etapa rondan los 8° C.
Según señala el informe GEA, la cosecha de maíces tardíos se encuentra ralentizada por las mismas condiciones que favorecen el crecimiento del trigo. Por el efecto del viento y el deterioro de la caña hay nuevas caídas de plantas que aumentan las pérdidas de precosecha. Por otra parte, al no descender la humedad del grano aumenta la susceptibilidad a contraer enfermedades o a brotar en la misma espiga. En muchos casos las necesidades financieras obligan a levantar la producción sobre suelos con condiciones de excesiva humedad, dando pie a la compactación por amasado en los lotes. El grano se cosecha con un promedio de18% de humedad y debe ir a secado, aumentando aún más los costos de la campaña. A esta problemática, en el norte de Buenos Aires se suman los problemas de mal estado de los caminos que no permiten transportar el grano. Del total del maíz sembrado en diciembre está cosechado un 70% y los rindes fluctúan entre 70 y 100 qq/ha. Se percibe una leve mejoría en los rindes de los lotes tardíos que no tuvieron cultivo de invierno como antecesor.
Fuente: La Opinión de Pergamino