El 1º de diciembre de 1964, con sede en nuestra ciudad, nacía esta entidad con el claro objetivo de defender los intereses del productor agrario. Julio Do Campo, vicepresidente de la institución, analizó la actualidad del sector acopiador en el Día de los Cerealistas. El edificio de Pueyrredón 371 está en la última etapa de construcción.
El espíritu de quienes promovieron un día para los cerealistas no sólo fue establecer una jornada del año para hacer un alto en las labores habituales sino también para estrechar relaciones y fomentar la amistad y camaradería, además de procurar la concurrencia de todas las fuerzas productivas en una decidida acción para impulsar la expansión de la producción agrícola y el perfeccionamiento de la industria y el comercio de los cereales, “fuente de riqueza y piedra angular en la que descansa la economía nacional”.
La inquietud tuvo su origen en un grupo de socios de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. Desde aquellos lejanos años ‘20 y durante mucho tiempo, el Día del Cerealista se festejó alternativamente en Buenos Aires y Rosario cada 14 de agosto en recuerdo del primer embarque de trigo desde la Argentina al extranjero. Más adelante, bajo los auspicios de nuevas entidades gremiales o empresarias, otros sitios del interior del país abrieron sus puertas a la celebración.
Las conmemoraciones no se limitaban a una simple vocación festiva, eran circunstancias en logros y vicisitudes que sacudían a la agricultura. A título de ejemplo, algunos de los problemas enunciados en las primeras épocas eran las elevadas barreras arancelarias que se imponían a las importaciones de nuestros productos y el impulso de una legislación inteligente y equitativa sobre los latifundios y la subdivisión de tierras.
Luego, el 1º de diciembre de 1964, con sede en Pergamino nacía la Sociedad de Cerealistas del Norte de la provincia de Buenos Aires con el claro objetivo de defender los intereses del productor agrario.
La entidad era hija directa del Centro Agropecuario del Norte de la provincia de Buenos Aires, fundado el 23 de julio de 1961 por Héctor Coltrinari. Hoy la institución continúa con los mismos propósitos: fundamentar su accionar promoviendo la vinculación entre sí del mayor número de acopiadores debidamente autorizados; procurando llegar hasta ellos con la mayor y mejor información; brindando a los socios asesoramiento gremial, impositivo y legal.
La Sociedad de Cerealistas es otra de las entidades que mantiene viva la tradición, cada 14 de agosto, de confraternizar y estrechar relaciones entre todos los partícipes del ámbito cerealista.
Julio Do Campo, vicepresidente de la Sociedad de Cerealistas del Norte de la provincia de Buenos Aires, analizó la actualidad del sector acopiador al mencionar que, según su óptica, “estamos atravesando una situación muy crítica, con la cantidad de cambios que existen, como por ejemplo el guardado de granos en silobolsa, ha hecho que mucha mercadería deje de pasar por los acopios, por lo que la rentabilidad ha disminuido, los volúmenes han cambiado. Hace un tiempo la mercadería tenía que pasar por los acopios porque se comercializaba en condiciones cámara, hoy se comercializa según muestra, entonces el productor lleva directamente los granos a los puertos, y esa es una parte del volumen que antes ingresaba a los acopios y ahora se va a los puertos directamente. Existen una serie de motivos que han provocado que hoy el acopio haya disminuido su rentabilidad”.
No obstante la situación planteada anteriormente por Do Campo, el vicepresidente de la Sociedad de Cerealistas envió un mensaje a sus colegas al manifestarles que “tengamos esperanza, esperemos que en un futuro se puedan ver otros horizontes, las instalaciones de un acopio no se pueden desarmar para hacer otro emprendimiento, están hechas para esta función”.
La nueva sede
Desde 2006 los socios de la Sociedad de Cerealistas del Norte de la Provincia de Buenos Aires comenzaron a edificar su nueva sede, ubicada en Pueyrredón 371.
Contará con cuatro plantas de 330 metros cubiertos cada una. En el subsuelo se construirá una cochera con capacidad para unos 20 vehículos. La planta baja y el primer piso estarán destinados a oficinas; en el segundo nivel habrá un auditorio, regulable según la cantidad de asistentes, el que se equipará con la última tecnología de audio y video; mientras que en la tercera planta se construirá un salón para eventos, a su vez comunicado con el auditorio. La circulación entre plantas será independiente, y a su vez estarán comunicadas entre sí. Además, la fachada tendrá una fuerte presencia institucional, acorde con la importancia que reviste la entidad del norte de la provincia de Buenos Aires.
Al ser consultado Julio Do Campo sobre la posibilidad de inaugurarla este año, en el cincuentenario de la entidad, el vicepresidente de la Sociedad de Cerealistas aseguró que “no creo que este año vayamos a inaugurarla, aunque según mi opinión está para inaugurarla hoy porque resta terminar un 10 por ciento de la obra. No obstante la fiesta por los 50 años de la Sociedad de Cerealistas del Norte de la provincia de Buenos Aires la realizaremos allí, posiblemente a mediados de noviembre. Creo que los pergaminenses tendrían que sentirse orgullosos de tener un edificio de esa magnitud, nosotros al menos lo estamos. Hace muchos años que formo parte en la Sociedad de Cerealistas y recuerdo la fiesta por los 25 años, en aquél tiempo ya teníamos la casa propia, pero este edificio con cuatro pisos es todo un orgullo”.
Fuente: La Opinión de Pergamino