Mariano Otamendi, vocal titular de Aaprotrigo, señaló que “se habla hoy de un cultivo cuyos costos superan el margen”. Advierte que para combatir las enfermedades hay que agregar más fósforo y nitrógeno, lo que encarece al cereal.
“Para el trigo, desde el punto de vista productivo, está todo definido. Provincias como Córdoba sembraron un millón de hectáreas, con una humedad en el suelo realmente muy favorable. En el sudeste hay problemas, se atrasó mucho la siembra por la lluvia. Calculamos que el área final debe estar cerca de los cuatro millones, aunque hubo una lluvia a fin de agosto en el sudeste, que fue fuera de lo común, quedaron muchas superficies anegadas y eso algún área extra va a restar”, dijo a “Siempre que llovió, paró…”, que se emite por Radio Colonia, Mariano Otamendi, vocal titular de la Asociación Argentina Pro Trigo (Aaprotrigo).
Consultado sobre el efecto que “El Niño” podría tener sobre la evolución del trigo de esta campaña 2014/2015, Otamendi explicó que “el peor escenario que podríamos tener es una humedad importante, porque va a traer muchas enfermedades. Es decir, más allá de lo que pueda ocurrir en la cosecha, puede haber pérdidas de calidad porque no se pueda cosechar mientras siga lloviendo. Enfrentamos un escenario en el que vamos a tener que estar muy atentos al tema enfermedades, no sólo Fusarium sino que es probable que haya muchas enfermedades de hojas que se desarrollen en el clima no favorable y eso puede causar pérdidas en el rendimiento en la medida que no se esté atento”, señaló.
Sin embargo, el especialista también destacó que “los números (del trigo) no dan. El cultivo, con los valores que hay a cosecha, no cierra. Una de las formas de combatir, y no ser susceptibles a enfermedades, es con una buena nutrición del cultivo, y estamos hablando de mucha plata en fósforo y nitrógeno. Se tienen que tomar precauciones para que esté bien nutrido el cultivo. Se habla hoy de un cultivo cuyos costos superan el margen”, afirmó.
Consultado sobre el impacto de esto, consideró que “en algunos casos van a llegar en condiciones financieras al límite. Si tienen que ahorrar para llegar a fin de año, en esas condiciones puede haber cultivos que sean muy susceptibles a enfermedades y, además, se puede llegar con una muy baja calidad de ese trigo en cosecha. Además la fertilización nitrogenada temprana tiene más impacto en cantidad que en calidad, pero realmente si el estrés es importante la cantidad de proteínas final que va a tener ese grano va a ser muy baja”, explicó.
El especialista también comentó la situación en la zona triguera central, el sudeste bonaerense, “debido a las lluvias en el sudeste se atrasó muchísimo la siembra. En mediados de julio se estaba a un 20% del área, es decir, muy poco comparado con otros años. Gracias a que tuvimos casi 20 ó 30 días de muy baja lluvia, baja humedad relativa en ambiente y días soleados, se terminó de sembrar gran parte de esa área, pero lamentablemente ese grano está brotado y ahora tiene ‘el agua encima’. Un cultivo de trigo puede aguantar bastante (20 días con agua en superficie), siempre y cuando ese cultivo ya esté desarrollado, es decir, tenga por lo menos tres hojas, cuatro, es decir que ya esté arraigado con hoja emergida. En esta circunstancia que se tiene mucha área que se sembró y está el grano brotado recién emergiendo (en esa condición de anegado), es una pérdida total de esa superficie”, finalizó Otamendi.
Fuente: La Opinión de Pergamino