El 2014 nuevamente fue un año muy duro para el campo argentino que volvió a ponerse los pantalones largos y a hacer lo que mejor sabe hacer, que es producir, pero cayó nuevamente en el cuento del tío, como otras tantas promesas que les ha incumplido el gobierno en estos últimos años, una vieja trampa que se transforma en costumbre, que hace perder las esperanzas, que golpea donde más duele.
Las políticas nacionales en relación al sector siguen llevándonos a una agonía crónica. Creímos y confiamos que la incertidumbre iba a pasar, tuvimos esperanza en que era verdad que iban a transparentar los mercados, por eso volvimos a producir trigo y lo único que cosechamos es hambre para mañana.
Vemos atónitos como los molinos y exportadores nos saquean la producción sin poder hacer nada. La defensa de la mesa de los argentinos quedo sólo en el saqueo a los productores y en una mesa con las patas tan altas que ya casi nadie puede sentarse en ella. Y lo peor es que no vemos soluciones en el corto y mediano plazo. Para el Gobierno y parte de los gobernantes, somos un sector privilegiado, cuando no es así. Estamos endeudados, empobrecidos, y no sabemos cómo enfrentaremos la nueva campaña.
Sólo nos queda la dignidad, estamos siendo humillados, vapuleados y además sufrimos como el conjunto de la sociedad, la falta de infraestructura, el abandono de las rutas, medidas políticas injustas, el incremento de la inseguridad, de la inflación, con precios de 3 años atrás y un dólar inferior.
Nos cortan los créditos, las financiaciones, realmente están empecinados en doblegarnos. Vemos con asombro e impotencia, como en la Argentina de la producción, en el Granero del Mundo, hoy se habla de que en determinadas zonas del país hay cultivos que por cuestiones de fletes, costos y logística, no se van a poder sembrar, y zonas realmente productivas que van a quedar, casi improductivas porque no es rentable trabajarlas.
¿Saben ustedes lo que pasa con esas zonas, con los pueblos de la región? Lo que produce el campo va mucho mas allá de lo que se ve salir de una cosechadora, es el progreso del interior, es la vida de los pueblos, es la Argentina misma.
Esperamos con el devenir de nuevo gobierno, vengan nuevos vientos, vientos de dialogo y consensos, todos somos argentinos y todos tenemos derechos a ser escuchados y representados, aunque no pertenezcamos a el partido que este gobernando. Buscaremos apoyar alternativas, diálogo y participación. Hacer para actuar, para crecer y generar un desarrollo en conjunto a largo plazo.
Por eso como institución, la Sociedad Rural de Pergamino, estuvo y está presente para la sociedad, en diferentes espacios gremiales, comisiones e instituciones que conforman y entrelazan el tejido social, que no sólo buscan la defensa del sector agropecuario, sino también la creación de políticas, la atención a las necesidades más urgentes y la generación de infraestructura. Es decir atendemos las problemáticas de hoy, tanto gremiales como sociales, y trabajamos en generar espacios para la construcción de la sociedad que aspiramos en conjunto.
Y esto se lleva tiempo, requiere organización y esfuerzo, si sólo nos concentramos en lo inmediato, nunca podremos alcanzar las meta que tenemos, como la del 2025, a fin de que no haya hambre en el mundo. Además, insistimos que debemos hacerlo entre todos, por eso trabajamos en la consolidación de la Mesa de Enlace de Pergamino y las Instituciones locales; un hecho histórico, que marca la unión y el diálogo de todo ciudad.
Y a nivel interno somos coherentes con nuestras aspiraciones, invertimos en infraestructura en el Predio, redoblamos nuestra apuesta a los jóvenes que serán nuestros adultos a través del Ateneo y prestamos nuestras instalaciones para usos solidarios y para la preservación de nuestro patrimonio cultural.
En respuesta a lo que concebimos, somos muy agradecidos por todo lo que recibimos de la comunidad, y celebramos 76 exposiciones casi ininterrumpidas con la gente.
Trabajar, insistir, amar y defender lo nuestro, eso es lo que hacemos. Por eso, estamos orgullosos de lo realizado, aprendemos de las experiencias y redoblamos el desafío. Como institución, seguimos un camino, defender en el ámbito gremial los derechos de los productores agropecuarios, pero a la vez, e insistir en la firme idea de ir desarrollándonos en la sociedad como una institución importante que aplica la solidaridad y que trabaja con la gente para atender las necesidades de su ciudad y su país, que son las siempre las mismas: educación, trabajo, seguridad y justicia.
En lo personal, será mi último balance como presidente de la Sociedad Rural, por lo que egoístamente espero, haber sembrado la semilla de la participación, de la juventud, de ser protagonistas y no meros espectadores de la sociedad.
Por un 2015 lleno de prosperidad!, ¡muchas felicidades!
Pablo Sorasio