Por Dardo Chiesa (Presidente de Confederaciones Rurales Argentinas)
Argentina vuelve al mundo con el bastión agroindustrial como estandarte.
La visualización de las grandes potencias del mundo en la calidad de los productos que genera nuestro país.
La visita de Angela Merkel, a la parrilla Don Julio, da muestra de cuál es el principal producto argentino conocido en todo el mundo.
El vídeo de la gala del Colón mostró autenticidad e inteligencia, paisajes y producción, y toda la capacidad de los argentinos para generar nuestra riqueza.
Argentina vivió una semana de oro, con la apertura nuevamente de la carne a Estados Unidos, tras 17 años. Sumado a las economías regionales, como las cerezas, que irán por primera vez a China, y también la carne ovina, caprina.
La miel y la producción equina también han logrado buenos resultados, diversificar nuestros destinos apunta a poder seguir creciendo y mejorando nuestra producción.
Es para destacar la habilidad del Presidente en generar un documento de consenso que termina con la palabra de la directora general del FMI, Christine Lagarde: «Es el mejor G-20 de los últimos 10 años».
Argentina vuelve al mundo y recupera su identidad agroindustrial, ahora es el momento de resolver la situación interna.
Para el posicionamiento de nuestros productos en el mercado internacional, es imprescindible mejorar la competitividad de nuestras empresas.
Competitividad muy comprometida por la alta carga tributaria, el alto costo laboral y altísimo costo financiero, todo esto, derivado de un estado que compite por los recursos con el sector privado.
Generar una estabilidad económica, tasas de interés acordes para la producción y encarar el camino hacia un crecimiento sostenido y paulatino.
Debemos resolver nuestros problemas de competitividad, es imprescindible es una reforma tributaria que abarque en forma integral a los tres estados Nación – Provincia – Municipio; una reforma laboral que permita una rápida inclusión de nuevos trabajadores al sector privado, más orientada en facilitar la toma de nuevos empleados, que en facilitar despidos.
Argentina vuelve al mundo, pero debe volver a sus raíces federales propiciando el desarrollo del interior, dando en origen el valor agregado que abastecerá el supermercado del mundo, y generando trabajo genuino para su gente.
Biomasa, biocombustibles y energías alternativas marcan el futuro de la producción agroindustrial.
Argentina vuelve al mundo, el desafío ahora es nuestro.