Ayer, 23 de marzo, mientras el país se somete a una preventiva cuarentena y algunos sectores hacen frente a la situación para poder hacer subsistir la economía, delincuentes ingresó a un campo en Santiago de Liniers en Misiones, para robar la hacienda, matando finalmente al productor al encontrarlo.
No sólo indigna la impunidad y libertad con la que la delincuencia se maneja en el marco de esta difícil situación social que estamos viviendo (mientras las fuerzas públicas están dedicadas al problema central) sino también, nos lleva a reflexionar hasta cuándo seguimos poniendo en riesgo nuestra vida.
Se nos dice que debemos seguir ante un país paralizado, que tarde o temprano, deberá contar con estos recursos para darle de comer a sus ciudadanos. Se nos pide ser solidarios e ir a trabajar, ahora nosotros pedimos protección al Estado para hacerlo, que la justicia actúe y los autoridades nos apoyen.
Está claro que sin salud no hay vida. También está claro que si no hay comida, tampoco.