El peligro se cierne sobre el maíz, la soja y un trigo que puede ver dañada su calidad. Es la estimación mensual realizada desde la Guía Estratégica para el Agro de la entidad bursátil. La soja cerró en alza en Rosario y se pagaba a 1.915 pesos la tonelada.
Mientras las lluvias siguen castigando los campos de una vasta zona en plena campaña gruesa, este martes la soja disponible se ubicaba en Rosario a 1.915 pesos la tonelada, y por la nueva cosecha la oferta pagaba a 330 dólares, tras subas en el mercado de futuros de Chicago, explicado por el debilitamiento del dólar.
Pero al entusiasmo del precio se le adosa la preocupación por el clima. Según la Guía Estratégica para el Agro (GEA) que elabora la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) las permanentes lluvias caídas hacen peligrar la siembra de los granos gruesos y la calidad del trigo ya implantado.
Según el informe GEA existe el riesgo “de no llegar a los 4 millones de hectáreas sembradas de maíz”. En tanto que para la soja si bien la cobertura alcanzaría a 19,5 millones de hectáreas, una parte de esa superficie podría “no sembrarse en la región pampeana”, tal como había informado El Enfiteuta este lunes en base a la información de la Oficina de Riesgo Agropecuario del Ministerio de Agricultura.
Para el trigo la preocupación es distinta aunque no menor. El cereal de invierno ya está creciendo pero la abundante humedad hace pensar en el avance de enfermedades y el deterioro de su calidad. El rinde promedio nacional para el trigo se estima en 29,5 quintales por el momento.
“Esto refleja el alto impacto que están teniendo las recurrentes precipitaciones y altas cargas pluviométricas sobre los distintos cultivos, sobre todo en la Región Pampeana, que hoy se encuentra en alerta naranja y cuyas perspectivas dependerán de cuál sea el escenario climático para los próximos días”, señala el informe GEA.
En maíz, preocupa el significativo retraso de las siembras debido al clima registrado en los meses de septiembre y octubre. “Hasta el momento la cobertura de siembra es del 40 por ciento, cuando para fines de octubre en general se suele contar con un área sembrada promedio del 60 por ciento”, recordaron desde el GEA.
“Santa Fe y Buenos Aires son las provincias que muestran los mayores retrasos y de no normalizarse el patrón de lluvias, será difícil completar la cobertura de intención de 4 millones de hectáreas”, advierte el informe bursátil.
En cuanto a la campaña 2012/13 de soja, la Guía Estratégica para el Agro proyecta una superficie de intención de siembra de 19,5 M de hectáreas, casi 4 por ciento más que la campaña pasada.
“La siembra de la oleaginosa comenzó muy aisladamente, con retraso y bajo un marco de gran incertidumbre por el elevado perfil húmedo. Es probable la ocurrencia de siembras muy trabadas, problemas en la etapa de implantación y superposición de labores con el cultivo de maíz”, explican.
En este sentido, desde GEA advierten que en la región pampeana hay un número de hectáreas que podrían no sembrarse si durante la primera quincena de noviembre se mantiene el patrón pluvial. Más aún, aquellos lotes con problemas de drenaje necesitan de quince días sin lluvias para ser sembrados.
“La región núcleo está en alerta naranja: los suelos están saturados, hay problemas de circulación por anegamientos de caminos y canales desbordados. En definitiva, un pulso seco restauraría el ritmo de siembra y minimizaría el impacto de lo sucedido, pero éste no parece constituir el escenario más probable en el corto plazo”, remarca el informe.
Por último, en relación al cultivo de trigo se percibe un escenario con muy buenos rindes en la principal área triguera aunque algunos más bajos en el NOA y NEA, lo que permite sostener un rendimiento estimado nacional de casi 30 quintales por hectárea.
Si bien por el momento se trabaja con la hipótesis de 190 mil hectáreas que no serían recolectadas -las que podrían seguir ajustándose-, se estima una producción triguera en torno a los 10 millones de toneladas. Un dato a tener en cuenta, es el avance de enfermedades, que habrá que prestar atención al impacto que puedan llegar a tener sobre el este cultivo.
Fuente: El Enfiteuta