YPF y Shell aplicaron las subas y Esso lo hará en las próximas horas; el litro de premium se encareció más de 40% en 12 meses y supera los $ 10
Las estación de YPF junto a la terminal de ómnibus de Retiro ya tenía los nuevos precios. Foto: LA NACION / Marcelo Gómez
Los automovilistas no tuvieron demasiados motivos para brindar en el principio de 2014. Justo en el momento en que levantaban las copas para recibir el Año Nuevo, la petrolera YPF, que vende el 55% de las naftas y el gasoil que se comercializa en todo el país, dispuso un aumento de precios a nivel nacional del orden del 6,8% para todos sus productos.
Al mismo tiempo, su competidora Shell aplicó un incremento similar, mientras que Axion, que opera bajo la marca Esso, tiene previsto subir los precios de sus combustibles en las próximas horas. En el mercado, además, se espera que la brasileña Petrobras y Oil -la compañía del empresario kirchnerista Cristóbal López- sigan la misma tendencia casi de inmediato. Así, de acuerdo con números oficiales, la última remarcación en las pizarras consolidó una suba cercana al 43% en los combustibles en los últimos 12 meses.
En la Capital Federal, la nafta súper de YPF cuesta desde ayer $ 8,910 el litro, un 6,83% más después del último aumento, que fue aplicado el 25 de noviembre del año pasado. El salto más pronunciado lo dio el gasoil premium, que alcanzó los 9,3 pesos, lo que implica un ajuste de 8,51%. El precio de la nafta más cara de la petrolera estatal se ubicó en estratégicos $ 9,99, para no sobrepasar la barrera «psicológica» de los $ 10 por litro.
Shell, en cambio, traspasó ese límite. En la madrugada aumentó 6% la súper y el gasoil, y un 9,5% los productos premium, como la nafta V-Power y el V-Power Diesel, informaron fuentes de la empresa.
El litro de V-Power Nitro, su nafta premium, alcanzó los 10,59 pesos. Sin embargo, algunos dueños de estaciones de servicio que operan bajo su marca llevaron los valores un poco más arriba. Por caso, desde los últimos días del año pasado la boca de expendio de Constituyentes y avenida de Los Incas tiene el litro de ese combustible a 10,99 pesos. A metros vive el ministro de Economía, Axel Kicillof, principal supervisor de la marcha en surtidores tras la salida de Guillermo Moreno. Justamente, las subas llegaron 10 días después del encuentro que mantuvieron el funcionario y el secretario de Comercio, Augusto Costa, con los directivos de las principales petroleras.
De manera oficial se informó en aquella ocasión que los funcionarios habían requerido un aumento en la capacidad de producción de combustibles. Si bien en ese encuentro no se habló de manera explícita de precios, los representantes de las compañías ahondaron sobre el incremento de costos. Ese fue el motivo que esgrimieron ayer desde una de las petroleras para explicar los ajustes: «El incremento de precios se debe principalmente al de costos de la materia prima que, desde el último aumento de precios, el 25 de noviembre, creció un 8,4 por ciento. De esta suba, la parte más importante se la llevó la devaluación del peso (el petróleo crudo se factura en dólares), que anualizada fue del 106% en diciembre. Es decir que hemos hecho sólo un traslado parcial del incremento de nuestros costos, a la espera de medidas que permitan reducirlos en forma indirecta, como puede ser la posibilidad de importar crudo para reemplazar el crudo liviano que falta en el país, o la reducción de las retenciones a la exportación de los productos que no se venden en la Argentina, como lo son las naftas de bajo octano», sostuvo Juan José Aranguren, presidente de Shell.
MÁS PRESIÓN
Los intendentes también les darán malas noticias a los automovilistas. En su afán recaudador, cada vez más distritos aplican la llamada Tasa Vial, un gravamen sobre la venta de combustibles que parte de $ 0,10 por litro y genera fuertes distorsiones entre partidos. Córdoba fue la primera en crearla, pero ganó adeptos entre los intendentes alineados con el Frente Renovador de Sergio Massa. Por ejemplo, se aplicaba desde el año pasado en Vicente López, San Miguel y San Fernando. Y a partir de ayer entró en vigencia en San Isidro y en Tigre.
Quienes utilizan la tasa vial, además, suelen inclinarse por aumentarla a medida que crece su necesidad fiscal, como sucedió con Jorge Macri en Vicente López. Su primo, el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, había intentado crear un cargo similar, pero no pudo. Entre otras cosas, chocó con el rechazo vehemente de Rosario Sica, la combativa presidenta de Fecra, la federación que reúne a estaciones de servicio de todo el país. La directiva intenta llevar a la Justicia a todo intendente que coloque el cargo, que considera «inconstitucional».
Sica se reunió la semana pasada con Kicillof, que le prometió que iba a avanzar con el tema. Antes había discutido la cuestión con Emmanuel Agis, el viceministro de Economía. El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, parece estar en la misma sintonía. El viernes, durante el anuncio de refinanciación de la deuda provincial, criticó a los intendentes enrolados en el Frente Renovador por «la existencia de determinados tributos y tasas que son marcadamente violatorias de la ley 23.548».
Por Pablo Fernández Blanco | LA NACION