El sector tiene una competitividad cada vez más complicada. La Cámara Argentina de Productores Integrados de Pollos (CAPIP), entidad integrante de CRA, manifestó su preocupación por la difícil situación que atraviesa el sector debido a la caída de la rentabilidad. La entidad señaló que los productores están cobrando actualmente $1,50 por kilo de pollo entregado mientras que el costo de producción es de $2,20 por kilo. Teniendo en cuenta que para tener un margen de rentabilidad deberían estar cobrando $2,50 por kilo, los productores están cobrando el kilo de pollo un 32% por debajo del costo de producción y un 45,6% menos de lo que deberían percibir para obtener una ganancia razonable.
Ante este panorama, Ricardo Unrrein, presidente de CAPIP, aseguró que «en este momento estamos saliendo de una etapa en la que los frigoríficos habían bajado un 20% su producción para achicar los stocks de pollo que había en las cámaras de frío. Así, una vez que faltó pollo en el mercado y por ende aumentó la demanda, el precio aumentó y los frigoríficos pasaron de estar perdiendo a ganar nuevamente. Antes el precio del kilo de pollo era de $17 más IVA a la salida del frigorífico y ahora subió a $25 más IVA; de estos $7 que aumentó el precio a los productores, que siguen vendiendo por debajo de los costos, no le ha tocado nada. Esto implica una brutal transferencia de ingresos en perjuicio de los productores».
Unrrein señaló además que «nos están pagando a 90 y 120 días, lo que para nosotros es terrible ya que también deteriora nuestros campos, producciones y establecimientos, y tampoco nos permite hacer refacciones o remodelaciones en nuestras granjas».
Desde el Departamento Económico de CRA, aseguran que «sumado a esto, hay una fuerte presión tributaria que complica aún más junto al reajuste de tarifas, que viene evolucionando junto a la desregulación de los precios del gasoil, esto también impacta en sobre la nula rentabilidad de los productores integrados de pollo».
«Por ende, si no se trabaja en un sistema más equitativo y en una relación clara entre integrado – integrador y no se mejoran los tiempos de pago, ya que cobrar a 90 o 120 días, implica un costo financiero que no se está tomando en cuenta, van a tender a desaparecer los productores que ya de por si ven que su capital estructural se deteriora período a período», finalizaron.
Fuente: CRA