El clima en el campo / Impacto de la falta de lluvias en la economía local. El comercio en el interior ya siente la parálisis; temen que se corte la cadena de pagos.
La sequía ya se está cobrando víctimas en los pueblos. Precisamente, en los comerciantes de la zona núcleo, que se quejan de que la falta de lluvias que afecta al campo está provocando una fuerte caída en las ventas y problemas en la cadena de pagos.
«Está todo parado. Yo estoy vendiendo un 50% menos de lo habitual», explicó Juan José «Laucha» Aulino, dueño de una ferretería especializada en productos para el agro de Rojas. «Vivo de hacer reparaciones a la maquinaria antes de la cosecha y, por la malaria que hay, muchas reparaciones se dejaron de hacer. El trabajo se redujo al mínimo», explicó Aulino, que tiene cinco empleados en su comercio.
María Luisa Lionetti, que maneja la ferretería de su padre fundada en 1953, afirma que debido a la sequía la economía rojense está paralizada. «El campo mueve la economía. Acá no hay fábricas, sólo la producción, y cuando la producción anda mal, se frena todo», dijo Lionetti. «Lo peor es que cada vez que hay sequía la malaria afecta al comercio por lo menos dos años, hasta que los productores logran recuperarse del golpe económico», acotó la comerciante.
Lionetti y Aulino coinciden en que la seca sólo contribuye a empeorar las dificultades que ya tienen los productores para vender el trigo y el maíz, en desmedro de su rentabilidad. Un círculo vicioso de dificultades que derivará en menores ventas para los comercios, hoteles y restaurantes de la zona.
Otra consecuencia de la sequía en los comercios del interior son las interrupciones de la cadena de pagos. Los últimos datos generales muestran que en diciembre los bancos debieron rechazar $ 2570 millones en pagos ordenados mediante la emisión de cheques por falta de fondos. La cifra representó un aumento del 31% respecto de noviembre y del 90% en relación con el mismo mes del año anterior, según cifras del Banco Central (BCRA). Además, en los bancos ya perciben un atraso en los pagos de los clientes del agro y registran numerosos problemas en el pago de cheques en regiones como Rosario o Pergamino. En las centrales de riesgo crediticio también perciben una creciente litigiosidad que juzgan derivada de este evento, aunque aún no pueden precisar el origen específico.
«Los comerciantes que tratan con los ruralistas de mi zona ya han rebotado alrededor del 15% de los cheques emitidos por los hombres del campo, y quienes compraron máquinas han solicitado la refinanciación de las cuotas. En esta zona, alrededor del 70% son pequeños productores, que, si no se los asiste, van a quedar fuera del sistema por culpa de este fenómeno», explicó el presidente de la Sociedad Rural de Pergamino, Pablo Soracio.
Un 2012 difícil
En Junín, la situación es similar. «La cadena de pagos del sector agropecuario ya muestra señales de fatiga: lo que se pagaba a 30 días se está haciendo a 60; hay muchos cheques rechazados y otros denunciados», contó a LA NACION Rodrigo Esponda, presidente de la Sociedad Rural de ese distrito.
Héctor Labriola, representante de Yomel, Valmet y Mainero en Trenque Lauquen, afirma que el año que está arrancando va a ser complicado para su negocio, ya que la sequía empujará a los productores a cuidar más el bolsillo y reducir la inversión en maquinaria.
Para colmo, Labriola ya viene de dos años complicados en ventas por las trabas a la importación de tractores. «En ese período, hubiera vendido mínimo 50 tractores, lo que implica que dejé de ganar 500.000 dólares. Eso es dinero perdido porque no se ganó ni generó más movimiento económico en la zona», destacó Labriola.
Labriola no es el único empresario preocupado por el año recién iniciado. Jorge Rubén, presidente de la Cámara de Comercio de 30 de Agosto e integrante de la Federación del Nucleamiento Empresarial del Noroeste Bonaerense, que reúne a 33 cámaras de comercio, dice que todos los hombres de negocios de la región están alarmados por un año que se anticipa ajustado en dinero y corto de ventas.
«Las cámaras de comercio de la región están preocupadas por lo que se viene. Acá la cosecha apuntaba muy bien y la sequía pinchó las expectativas. Por eso desde la cámara estamos haciendo presión para que se declare la emergencia, incluidas a las pequeñas industrias y comercios del área. Aunque no solucione el problema, sería un paliativo importante», destacó Rubén.
Desde Venado Tuerto, el presidente del Centro de Comercio a Industria local, Sergio Druetta, compartió la preocupación de Jorge Rubén. «Acá todavía no podemos medir el efecto directo de la sequía en las ventas, pero hay un ambiente de preocupación entre todos los comerciantes», destacó Druetta.
En este contexto, comercios, prestadores de servicios y acopiadores están preocupados por cómo se financiará la próxima campaña. «Lo que más preocupa es con qué recursos van a afrontar la próxima siembra. Los excedentes que se tenían hasta ahora se están utilizando para cumplir con las deudas actuales y aun así muchos no llegan», dijo el asesor del Centro de Acopiadores, Raúl Dente.
Todos los consultados coincidieron en que lo peor de la sequía aún está por verse. «Hoy muchos no se dan cuenta o aún no hicieron las cuentas. Pero en marzo va a quedar en evidencia el golpe que significa esto», dijo Jorge Zunino, que tiene junto con Osvaldo Torres una empresa que presta servicios de cosecha desde el Norte hasta el sur bonaerense, con sede en Rojas.
Con esta visión coincidió Hugo Bauza, de la Federación de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac). «Los problemas en la cadena de pagos tenderán a generalizarse a partir de marzo, que es cuando todos los actores del comercio agropecuario tienen que hacer frente a los compromisos obtenidos para esta próxima cosecha.» Bauza también reclamo que se pacten «planes de refinanciación que pospongan las obligaciones menos urgentes, porque si bien nadie tiene la culpa de que no haya llovido, tenemos que apoyarnos entre todos».
Por Por Valeria Musse y Mercedes Colombres con la colaboración de Javier Blanco.
Publicado por La Nación el 30 de enero de 2012.