Las últimas lluvias lanzaron a los productores a la siembra y a iniciar, en diciembre, la campaña 2013/2014. Una de las contingencias en el manejo adecuado de los campos pasa por el monitoreo y control de las malezas, que se «llevan» el 14% del rendimiento a nivel país. Los lotes arrendados son parte del problema. En el NOA se potencia la resistencia o tolerancia a los agroquímicos, por la mayor temperatura y radiación. El uso de soja RR.
La siembra de los cultivos de granos en Tucumán ya es una realidad gracias a las lluvias que se dieron durante los días de diciembre pasado, que hicieron que los productores se volcaran a trabajar en sus campos e iniciar una campaña que ya venía complicada, no sólo por la tardanza con que llegaron ciertas lluvias, sino también porque es el tercer año en el cual las precipitaciones no se dieron como todos pretenden. Las lluvias que sucedieron en casi toda la provincia permitieron que muchos productores sembraran durante el último mes de 2013, y que otros que esperaban mayores precipitaciones para largar con mayor tranquilidad la siembra y no tener sofocones si las lluvias se cortaran.
Esto es lo que sucedió en los últimos días de diciembre y se sumó el aumento de las temperaturas, tanto que el calor dañaba muchísimo a los cultivos recién nacidos.
Igualmente se puede decir que las lluvias ya están, los productores de granos siembran y realizan su trabajo en los campos, y que los ánimos mejorarán si las lluvias continúan dándose regularmente. Lo cierto es que los cultivadores trabajan en sus tierras, quienes nunca deben olvidarse que el campo siempre da revancha, tarde o temprano, y que el clima siempre busca el equilibrio. Solo debe esperarse que los ciclos climáticos se cumplan.
La siembra comenzó a los tropezones; los inconvenientes siempre aparecen en cualquier momento. Para ello hay que estar preparados y afrontarlos para evitar daños mayores. Hoy, al igual que en ciclos anteriores, aparecieron inconvenientes relacionados al monocultivo y son las malezas -que generaron resistencia y tolerancia a herbicidas- las que prosperaron. Por eso, debe monitorearse el campo para poder detectarlas y actuar en consecuencia.
Según especialistas, las malezas se llevan un 14% de los rendimientos a nivel país, lo cual, en un contexto de demanda creciente de alimentos, no es un número despreciable. Por lo tanto, el desafío de mejorar la productividad está en la inversión en tecnología, ya que la superficie agrícola para producción en secano es limitada.
Las malezas se fueron adaptando a los diferentes manejos que proponía el productor y lograron, en alguna medida, sobrevivir generando resistencia y/o tolerancia al uso de herbicidas. Los técnicos vinculados a las malezas afirman que con la soja RR y la Siembra Directa se observaron cambios en la población de las especies, por la nueva forma de trabajar la tierra. Si bien en un comienzo no había problemas en el sistema, con el tiempo el medio fue cambiando por la presión de selección dada por el glifosato y el monocultivo de soja, y así comenzaron a aparecer especies tolerantes y hasta resistentes.
Soja resistente
La aparición de la soja RR fue un hito, y se pensó que las malezas habían desaparecido. El hecho fue de tal magnitud que se llegó a pensar que ya no era necesario el apoyo técnico. El hecho de considerar que el problema estaba resuelto, llevó a un grado de simplificación tal que la naturaleza respondió rápidamente. El resultado de no querer ver es la verdadera naturaleza del problema, que es un proceso biológico y lo suficientemente dinámico y variable como para adaptarse a las nuevas situaciones. La realidad es que un herbicida no puede estar asociado a un cultivo, no es viable, es necesario considerar otras herramientas de manejo.
Hoy por hoy, los investigadores y las empresas trabajan para prever que no se agrave la situación. Es necesario complementar los nuevos productos químicos, para que no sigan apareciendo nuevas malezas y la problemática se extienda. Hoy, los productores de granos deben luchar para controlar gramíneas resistentes como Lolium (Raygrás), Equinocloa colona, Sorghum halepense (Sorgo de Alepo) y Eleusine indica (Pata de ganso). También aparecen malezas de hoja ancha como Viola arvensis, Parietaria y Conmelina erecta, por lo que la diversidad es amplia, como el esfuerzo para controlarlas.
Manejar malezas y evitar que generen resistencia o tolerancia hace que el trabajo se realice a mediano y largo plazo. Y el hecho de que más del 50% de la tierra destinada a la agricultura esté en alquiler es un problema, porque se ingresa al lote tardíamente y se complica el manejo porque las plantas crecieron de más y el producto químico ya no las controla.
En el NOA y en nuestra provincia, los fenómenos biológicos de resistencia y tolerancia se presentan en mayor grado por la mayor temperatura y la radiación. Al sorgo de alepo resistente que aparece en el Norte, se le han sumado oficialmente dos especies además de otras cuatro que están en estudio, lo que evidencia la expansión acelerada de la problemática.
Hacer el tratamiento en el momento adecuado, para tener un control eficiente de las malezas, es la herramienta fundamental para evitar la aparición permanente de resistencia o tolerancia a herbicidas. No hay que perder de vista este concepto.
Gustavo Frias Silva para La Gaceta