El clima norteamericano vuelve a deprimir los precios, mientras el default genera incertidumbre y empuja al productor a retener granos.
El clima norteamericano vuelve a deprimir los precios, mientras el default genera incertidumbre y empuja al productor a retener granos, siendo la soja el principal candidato para esto.
Las perspectivas de cosecha norteamericana en maíz y soja siguen dominando al mercado internacional. Con esto en mente, comenzamos la semana viendo que el clima relativamente seco había hecho caer levemente la condición de los cultivos y permitiendo una recuperación de precios. Pero al aparecer lluvias en el pronóstico de 6/10 días, y teniendo presente que los cultivos aún siguen estando en muy buenas condiciones, se perdió todo lo ganado inicialmente, y más, operando así en los pisos recientes para soja y empujándolos algo más abajo para maíz.
Frente a esos fundamentos, los fondos especulativos están en un «raid» vendedor que en maíz recién se inicia y en soja va avanzado, pero tiene todavía tela para cortar. Mientras no se termine de descontar esta situación en precios, o aparezca un nuevo elemento que permita quitarle cartel a la oferta sobre dimensionada, seguiremos a la baja.
De todas formas, es interesante que comiencen a aparecer algunas resistencias que intenten detener la marcada caída de estos cultivos. Y más allá de la duda climática luego disipada, por el lado de la demanda se ven señales de que ante los bajos precios aparece interés comprador, sobre todo en soja. Habrá que esperar algo más para que esto gane espacio en la mente de los operadores.
En lo que hace al trigo, se están logrando también algunos pisos en el mercado internacional relacionado con que los valores ya cayeron mucho, y empieza a despertarse la demanda. Por otro lado, Europa sufre problemas climáticos también. Sin embargo, la oferta barata de trigo desde el Mar Negro hace que los precios no puedan subir demasiado.
Local
Pasando al plano local, cuando los precios de la soja mejoraron a inicios de la semana, las operaciones reaccionaron y se realizaron mayores ventas, pero en líneas generales la intención del productor es retener lo más que pueda la soja, vendiendo otros cultivos o incluso incurriendo en costos financieros, aun cuando el mercado muestre un precio de disponible más alto que el del futuro noviembre. Esto implica que se puede vender hoy a un precio mayor que el de noviembre, utilizar el dinero en el mientras tanto y retener mercadería con la recompra más adelante. Allí hay que tener presente que la compra futura queda en dólares, lo cual no es menor, pero cierto es que esta situación es extraña. Por otro lado, si la situación de precios bajos e inestabilidad cambiaria es complicada para quien tienen granos, lo es más para quien debe tomar la decisión de siembra para la campaña próxima.
Por el lado del maíz, la trilla sigue avanzando aunque conservando retrasos. Estamos en 80% cosechado, cuando ya debería haber concluido la campaña. El volumen de mercadería adicional se va vendiendo, ante las dificultades y riesgos de su almacenaje, tanto por una cuestión de deterioro físico, como por una cuestión de mercados: una vez que se cumplan los ROE Verde asignados la exportación, se retirará.
En el mientras tanto, si bien los granos no recibirán impacto directo del nuevo default de la deuda, sí lo hará en forma indirecta: el contexto de mayor incertidumbre, con un tipo de cambio que comenzó a subir rápidamente, llevan todavía más al productor a aferrarse a sus granos ante la imposibilidad de acceder a dólares billete.
Mientras esto ocurre las fábricas cuentan con un stock de granos muy bajo, que debería llevar a éstos a pagar mejores precios y a los productores, a vender. Sin embargo, las fábricas pueden volcar una parte mayor del margen, pero si Chicago se cae fuertemente, a lo sumo podrán aliviar esa merma, pero nunca evitarla.
Dante Romano
Profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral.
Fuente: Ámbito Financiero