Dos jóvenes pergaminenses fueron detenidos tras cometer dos asaltos con armas en Arroyo Dulce.
La vida tranquila que llevan los habitantes de los pueblos de campaña se ve a menudo alterada por hechos delictivos que generan la preocupación de los habitantes. Los casos más frecuentes son los denominados escruches, tanto en viviendas como establecimientos radicados en la planta urbana y en la zona rural.
La inseguridad que aqueja a las ciudades del interior bonaerenses, se extiende a las pequeñas localidades y pueblos de la provincia que hasta hace algunos años se caracterizaban por una vida tranquila.
Los hechos más frecuentes son los escruches en viviendas o establecimientos radicados tanto en la planta urbana como en la zona rural e incluso se han registrado asaltos violentos.
Esa vida tranquila que llevan los habitantes de las pequeñas localidades del Partido se ve a menudo alterada por hechos delictivos que generan la preocupación de la comunidad.
Hace dos semanas dos jóvenes pergaminenses fueron detenidos tras cometer dos asaltos con armas en la localidad de Arroyo Dulce, la cual no se encuentra dentro del Partido de Pergamino, pero es una muestra del problema de inseguridad que atraviesan los pueblos de la región.
Una serie de hechos delictivos ha dejado claramente en evidencia que las comunidades tranquilas del interior son hoy víctimas del grave deterioro de las condiciones de seguridad general del país. En los últimos años se ha podido advertir un proceso mediante el cual, el delito que azota principalmente a los grandes centros urbanos, comienza a afectar a las localidades del interior.
LA OPINION hizo un relevamiento de los hechos denunciados en los últimos cuatro meses en los destacamentos y puestos de vigilancia de los pueblos de campaña, lo cual reveló que la modalidad más frecuente, junto con el abigeato, es la sustracción de todo tipo de objetos en viviendas cuyos moradores se ausentan por algunas horas.
Hechos de estas características se registraron en domicilios del casco urbano de El Socorro, Manuel Ocampo, Rancagua, Acevedo, Urquiza, Mariano Benítez y Francisco Ayerza, así como también en viviendas rurales ubicadas cerca de rutas nacionales, como la Nº 188, donde en pocos kilómetros de distancia se reportaron tres hechos de esta modalidad.
Algo similar sucedió en la escuela rural del paraje “Manantiales Grande”, donde autores desconocidos sustrajeron una bomba de agua, entre otros elementos.
También fueron denunciados, robos de cereales, alambrados, cables de electricidad, tranqueras y hasta vehículos, como se registró en Manuel Ocampo, donde fue sustraída una moto del hall de una vivienda y un furgón Citroën Berlingo, estacionado frente a una casa.
En el período de los últimos cuatro meses señalado en este informe no se han producido episodios graves de inseguridad, como asaltos en domicilios rurales, sino que son hechos relativamente de menor importancia, aunque la reiteración de casos pone en alerta a los pobladores.
Por último es importante destacar que los datos que surgen del relevamiento realizado por LA OPINION solo comprenden los hechos denunciados, por lo que la cifra es mayor si se tiene en cuenta que muchos vecinos de las localidades y viviendas rurales no se toman el trabajo de ir hasta una dependencia policial para denunciar un robo si lo sustraído no tiene demasiado valor.
Fuente: General