El Gobierno volvió ayer a liberar, a cuentagotas, el trigo para exportar.
El ministro de Economía, Axel Kicillof, y su par de Agricultura, Carlos Casamiquela, anunciaron la autorización para exportación de 500.000 toneladas más del cereal, que se suman a igual volumen liberado el 13 de enero pasado. Como en esa oportunidad, también los funcionarios indicaron que también se podrán exportar otras 50.000 toneladas de harina de trigo.
La nueva autorización no tendrá demasiados efectos en la práctica del mercado granario. Se produce cuando la cosecha ya terminó, con una estimación oficial de producción total de 9,2 millones de toneladas, lo que daría un saldo exportable para todo 2014 de apenas 1,5 millón de toneladas del cereal.
Si ese pronóstico se cumpliera, al Gobierno solo le restaría autorizar solo medio millón de toneladas de trigo para vender al mundo (principalmente Brasil) en todo el año.
Analistas del mercado calculan que el remanente exportable está por encima de lo que considera el Gobierno, y lo sitúan entre las 2,2 millones y las 2,5 millones de toneladas, según la estimación de producción total que tomen.
Además, remarcan que la exportación declaró compras del trigo 2013/14 por 1,6 millón de toneladas, con lo cual para tiene la mercadería necesaria para satisfacer los envíos y cumplir con los ROE autorizados, sin necesidad de salir al mercado a competir con la industria molinera por el trigo que esté en poder de los productores.
En el anuncio de la nueva apertura exportadora para el trigo, Kicillof ratificó que -todo el excedente por sobre las necesidades del consumo interno serán destinados a la exportación-. Casamiquela, a su lado, destacó los avances en el diseño del procedimiento para la emisión de los permisos de exportación (ROE).
Soja imparable
En tanto, la soja en Chicago volvió a subir, por quinta rueda consecutiva, y marcar un nuevo récord desde el 13 de septiembre último. Ayer, el contrato marzo terminó en u$s 517 por tonelada, ante la falta de cancelaciones de compras del poroto norteamericano por parte de China y el mal clima en Brasil (sequía en los estados del sur y mucha lluvia en Mato Grosso. Eso reduciría los rindes y dejaría la producción por debajo de 88 millones de toneladas, lejos de las 90/92 millones esperadas.
Paula López, EL CRONISTA COMERCIAL