Se trata de una casona que se yergue en medio de la pampa como testigo de las raíces de la historia nacional y en conexión con la local ya que también marca un hito en la travesía del antiguo “camino real”. El edificio está dentro del predio de la Estación Experimental.
Con motivo de la celebración de los 100 años de la Chacra Experimental de Pergamino, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria abrió durante el último fin de semana las puertas del Reducto Fortificado, una construcción del siglo XIX que se encuentra dentro del predio de la entidad y que sirvió como vivienda y fortificación de “frontera” en la época del enfrentamiento entre los criollos y los pueblos originarios.
La casa-fortín (grupo al cual pertenece la construcción que se encuentra en el predio del Inta) era una tipología frecuente en lo que constituía la “zona de frontera”: un cuerpo longitudinal en planta baja, con tres cuartos conectados por una robusta caja de escalera a la planta superior, coronado al centro por una construcción de tipo rural, con techo plano o azotea; tres paredes eran ciegas, con un pequeño balcón abierto al frente como única abertura. En el edificio actual, el balcón apoya en una pesada cornisa que remata la galería de la planta baja, de estructura de madera y cubierta de tejuelas. Una segunda azotea, a la que se accede por escalera interna desde el cuarto alto, cumplía funciones de atalaya.
La casona se yergue en medio de la pampa como testigo de las raíces de la historia nacional y en conexión con la local ya que también marca un hito en la travesía del antiguo “camino real”.
Actividades
Durante todo el fin de semana hubo en el predio del Reducto varias actividades destinadas a recrear la época en la que este sitio funcionaba como frontera y el ataque de los malones era frecuente.
En primer lugar se limpió y acondicionó la planta baja del Reducto Fortificado, se pintaron las aberturas, la galería y las vigas del cielorraso y se colocaron elementos de yerra que pertenecieron a productores ganaderos de la zona, se colocaron cuadros con imágenes ambientadas en el siglo XIX y prepararon una sala en la que se proyectaron videos que recopilan la historia del Reducto y ofrecieron la opinión de reconocidos investigadores como Rafael Restaino y Aída Toscani.
En diálogo con LA OPINION Catalina Bouvier, miembro del Inta y encargada de la organización de las actividades comentó: “Estamos muy conformes porque el tiempo acompañó y porque podemos mostrar a la ciudad una parte de un patrimonio histórico de altísimo valor como es esta construcción.
“Es importante recordar que quedan muy pocos edificios de este tipo en toda la provincia y menos aún son los que se encuentran en buenas condiciones como es el caso del que tenemos aquí en Pergamino. La idea es reconstruir la forma en la que se vivía en pleno siglo XIX, cuando la presencia de los malones era constante y las viviendas rurales eran del tipo de este reducto, por eso hemos decidido mostrar elementos antiguos, proyectar videos y organizar actividades culturales y recreativas de todo tipo. Nuestra tarea no pasa sólo por la apertura del lugar sino que quisimos ofrecer al público un plus que representara la importancia de este lugar no sólo para la historia de la zona sino para la historia del país”.
En ese marco, el sábado se realizó un cuadro: “Una pintura de la estancia San Juan en el período rosista” a cargo del artista plástico Tomás García y después hubo un espectáculo de música y danzas nativas. Por la noche en la sede de la Aianba se brindó una conferencia “Historia del patrimonio rural”, a cargo del arquitecto Carlos Moreno, reconocido docente e investigador de temas de patrimonio rural y autor de varios libros.
El domingo el reducto permaneció abierto durante todo el día y por la tarde se llevó a cabo la recreación “de época” con música, danzas y la participación del Fortín Pergamino, que asó un cordero.
Según informaron desde el Inta, están desarrollando una planificación para poder, a mediano plazo, abrir el Reducto Fortificado de forma permanente, de modo tal que los pergaminenses o aquellos que estén en la ciudad de paso puedan admirar un edificio histórico de características singulares y de enorme valor cultural sin tener que esperar a que haya algún acontecimiento especial que motive la apertura del lugar.
Desde la entidad también informaron que posiblemente pueda funcionar allí un museo especialmente dedicado a esa etapa de la historia argentina.
Fuente: La Opinión de Pergamino