En los próximos tres a cinco años la tecnología impactará en todas las aristas del proceso productivo, “comenzando por un conjunto de soluciones integradas entre la genética, la biotecnología y la microbiología”.
El mejoramiento genético vegetal seguirá siendo el pilar de la productividad El mejoramiento genético vegetal seguirá siendo el pilar de la productividad El mejoramiento genético vegetal seguirá siendo el pilar de la productividad El mejoramiento genético vegetal seguirá siendo el pilar de la productividad El mejoramiento genético vegetal seguirá siendo el pilar de la productividad El mejoramiento genético vegetal seguirá siendo el pilar de la productividad
Así lo indicó Gustavo Martini, coordinador de la Comisión de Agricultura de Aacrea, durante una conferencia ofrecida en el Congreso Tecnológico CREA que se está desarrollando en Mar del Plata, Rosario y Santiago del Estero de manera simultánea. “El mejoramiento genético vegetal seguirá siendo uno de los pilares de la productividad de los próximos años”, añadió.
Martini sostuvo que existen muchas tecnologías asociadas al proceso de mejoramiento genético, como el uso de marcadores moleculares, que hacen que “el foco y la eficiencia sea mejor y que la velocidad (de mejora) sea mayor”.
“La fuerte inversión realizada por semilleros en informática y en software permite procesar multiplicidad de datos que provienen de miles de parcelas distribuidas por toda Sudamérica. En un lustro se podrán observar aumentos de rendimientos superiores al uno por ciento anual”, vaticinó.
Con relación a la biotecnología, Martini postuló que seguirá aportando soluciones para proteger el rendimiento y que se asistirá a varios lanzamientos de eventos para control de plagas, enfermedades y malezas.
El especialista recordó que la microbiología tuvo una escalada muy grande en los últimos años y previó una gran oferta de productos con microorganismos, como inoculantes adaptados a modelos de producción en escala, tratamientos de semillas en plantas especializadas, inoculantes con bacterias y hongos que colaboran en la nutrición de las plantas, incorporación simultánea de inoculantes para generar una risósfera, donde la planta soporte mejor el estrés abiótico. A mediano plazo lo que viene es el biocontrol, formulaciones con microorganismos para poder controlar enfermedades o insectos.
En materia de “fierros”, lan maquinarian serán más precisas y veloces. “Hay una serie de desarrollos, desde dosificadores neumáticos, tubos de caídas que acompañan la semilla hasta el fondo del surco, control de profundidad de siembra con sensores que detectan el paso de la sembradora haciendo una lectura de ese paso y ajustan la presión actualmente por cuerpo y a futuro por modo de siembra, todo controlado por monitores de siembra integrales que pueden estar conectados a una aplicación específica, a un dispositivo móvil por el cual se podrá ver cómo está trabajando la sembradora”, graficó.
Las pulverizaciones se tornarán más precisas, permitiendo un uso eficiente de los fitosanitarios, lo que reducirá el impacto ambiental. “Ya es una realidad la posibilidad de aplicar herbicidas sólo donde hay malezas con pulverizadoras equipadas con sensores específicos que detectan y abren válvulas para efectuar la aplicación sólo donde es necesario”, sostuvo. Y consideró que en el mediano plazo será posible pulverizar con productos volcados en tanques diferentes de modo tal que se puedan inyectar distintos principios activos de acuerdo al tipo y cantidad de malezas.
Donde Martini no observa demasiados cambios es en los fitosanitarios. “La estrategia de las empresas químicas es integrar el control con la biotecnología y hacer nuevas formulaciones que combinarán mezclas para evitar la aparición de resistencias”, evaluó al tiempo que explicó que bajará el nivel toxicológico, al punto tal que los próximos lanzamientos serán todos de banda verde o azul.
La tecnología aplicada en la agricultura de precisión permite suponer que esta técnica sumará superficies y ganará adeptos. El aumento notorio del uso de vehículos aéreos no tripulados (drones) y satélites para ambientaciones con cámaras multiespectrales o de alta definición, permite un seguimiento exhaustivo de los cultivos. Y permite estimar rendimientos, áreas inundadas o avances de malezas o plagas. “Los precios de estos dispositivos están en caída. Quizás no falte mucho para que un grupo de productores pueda poner en órbita un satélite propio para controlar sus producciones”, alentó.
Las nuevas tecnologías también mejorarán la eficiencia en el uso del agua y la facilidad operativa. La telemetría permitirá desde una computadora o teléfono celular encender la bomba, poner en marcha el motor, ajustar la lámina y detectar fallas. También recordó que hay mucho desarrollo en riego por goteo subterráneo con mayor opción para la agricultura intensiva y como complemento de la extensiva, “allí donde no entra un pivot o en los vértices de este sistema”.
También la poscosecha será alcanzada por los avances técnicos. Las actuales silobolsas de tres capas serán reemplazadas por otras pentacapas que favorecen los cuidados. “Protegen mejor los almacenados frente a situaciones climáticas adversas y mayor espacio para la ubicación de sensores hacen posible un monitoreo inmediato midiendo niveles de dióxido de carbono, incluso haciéndolo a distancia”, indicó. Por todo esto, “casa uno estos aportes biotecnológicos aportarán valor a la productividad”, concluyó.
Fuente: on24 Agro