Mala señal: Una ola de ventas y coberturas disparó la tasa de riesgo, encareció 23% los costos de los seguros contra default y hundió hasta 9% los bonos locales.
El veredicto del mercado luce inapelable. A juzgar por las apuestas de negocios que realizaron ayer, los inversores concluyen que la Argentina perderá el juicio con los hold- outs en condiciones que la dejarán al borde de un default técnico.
Esto quiere decir que, aunque se esforzara por cumplir con todos los servicios de la deuda -cuyo pago viene honrando desde 2005- como dichas cancelaciones no podrían seguir realizándose en las condiciones originalmente pactadas por modificaciones (en la moneda, lugar de pago o monto) las agencias calificadoras podrían catalogar la dificultad como incumplimiento.
Esa sospecha tiene centro en Nueva York y se reactivó ante los comentarios que algunos de los miembros del tribunal de apelaciones hicieron anteayer durante la audiencia en la que se reevaluó lo dispuesto oportunamente por el juez de primera instancia Tomás Griesa.
En especial, aquellos en los que le recordaron al Bank of New York (BoNY, por sus siglas en inglés y agente de pago argentino) que no era «parte desinteresada» en el pleito que la Argentina mantiene con los bonistas que no ingresaron en los canjes (una legión en la que confluyen tanto «fondos buitre» como inversores comunes) porque cobra comisiones al país.
Pero también la definición que dejó caer la jueza Reena Raggi al recordar durante la audiencia que su trabajo es «hacer cumplir contratos, no reescribirlos». Eso, sumado a la definición del abogado de Argentina respecto de que el país sólo está preparado «para pagar lo mismo que está pagando actualmente, no más», definió el tono de la jornada de negocios de ayer: un vendaval de ventas que, si bien afectó a todo lo que suponga riesgo argentino, fue mucho más intenso en el caso de los papeles que reconocen a EE.UU. como plaza para dirimir los pagos.
UNA VERDADERA PALIZA
Los bonos soberanos y, peor aún, las acciones que cotizan en esa jurisdicción se hundieron entre un 6 y un 15% apenas abrió la rueda sin cambiar de tendencia durante todo su transcurso.
No sorprendió porque, desde anteanoche, numerosos bancos de inversión habían enviado alertas a sus clientes para advertirles que, a su juicio, la posición argentina había quedado debilitada, lo que abría las puertas a un fallo desfavorable que incluso afectaría el mecanismo de pagos, algo que en las últimas semanas se consideraba improbable.
Por caso, la consultora Research for Traders planteó un escenario de cinco posibles resoluciones. En todos ellos se descuenta que la Cámara ratificará que el país deberá pagar los más de 1330 millones dispuestos por Griesa y en cuatro (sólo uno no lo considera) que la Argentina no podría mantener sin cambios el mecanismo actual de pagos porque su agente neoyorquino quedaría de alguna manera alcanzado por el dictamen. De ello deviene que otorga un 80% de posibilidades a esta opción.
En todos estos casos descuenta que la Argentina apelaría la sentencia a la Corte Suprema de EE.UU. para reclamar el efecto suspensivo del fallo mientras ésta define si acepta el caso, lo que demoraría el default hasta la segunda mitad del corriente año o incluso el próximo.
También JP Morgan y el Credit Suisse First Boston, entre otros, remitieron evaluaciones lapidarias respecto de lo sucedido en la audiciencia. Por ese tipo de lecturas, el costo de un seguro contra un posible nuevo default argentino trepó casi 24% en la jornada (a 5 años pasó de los 2428 a los 2987 puntos, lo que implica que contratar una cobertura para una cartera de US$ 10 millones en deuda argentina cuesta US$ 3 millones) y se consolidó el perfil de país financieramente más peligroso de la región al subir en otros 143 puntos la tasa de riesgo, que quedó por encima de los 1250 puntos, un costo 75% superior al que muestra el riesgo de Venezuela aun cuando arrecian los rumores sobre la salud de su presidente.
Además, los bonos emitidos bajo ley estadounidense cayeron de 6% (Par y Global) a 9% (Discount); las acciones argentinas que cotizan en Wall Street se hundieron hasta 14% (YPF) o 15% (Telecom) y el dólar arbitraje, que surge de la diferencia de precio entre el valor de compra local de un bono o acción en pesos y su liquidación en el exterior en dólares, saltó de $ 7,74 a 8,02 ubicándose por encima del dólar negro ($ 7,84) por primera vez en el año. «La estrategia argentina fue enfrascarse en desafiar a la Corte de Apelaciones de Nueva York», evaluó el expresidente del BCRA Martín Redrado.
Por Javier Blanco | LA NACIÓN
Del editor: qué significa.
El Gobierno podría empezar a pagar un alto costo por haber demorado la búsqueda de una solución definitiva para la deuda en default.