La carne picada y las pulpas comunes son consumidas por ser baratas.
En sintonía con lo que sucede a nivel nacional, en Pergamino los carniceros advierten una retracción en los niveles de ventas. No son alentadoras las perspectivas ya que los precios aumentaron alrededor del 5% días pasados y no se descarta una nueva suba.
En la última semana, la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes (Ciccra) dio a conocer que el consumo de carne vacuna cayó 5,9 por ciento dadas las reiteradas subas que se efectivizan semana a semana.
Las bajas en los niveles de ventas, considerando el mismo período del año pasado, reflejan el impacto de la inflación general sobre el costo de vida. Esto pese a que en el primer trimestre la carne tuvo, luego de una fuerte suba inicial, una baja respecto de fines de 2015.
Según un informe de la Cámara, en los tres primeros meses del año el consumo por habitante se ubicó en el equivalente a 55,9 kilogramos/año, resultando de este modo 5,9 por ciento inferior al primer trimestre de 2015, con 59,4 kilos.
Luego de la brusca suba, que sobrevino con la expectativa de la baja de las retenciones y la devaluación, los precios al público se están desacelerando, afectados por el menor consumo. No obstante en los últimos días se registró una suba del costo de los diferentes cortes cárnicos de alrededor del cinco por ciento. Lo que genera un panorama un tanto desalentador para los carniceros es justamente la previsión de un nuevo aumento que podría darse entre el viernes y el sábado de esta semana.
Nuestra ciudad no es ajena a esta tendencia y en un sondeo realizado, LA OPINION pudo saber que en los últimos meses se registró una significativa baja en los niveles de ventas como consecuencia del menor consumo de la carne vacuna.
¿Seguirá subiendo?
Los carniceros de nuestra ciudad son poco optimistas al evaluar el movimiento de precios ya que afirmaron que los costos de los cortes aumentaron alrededor de un cinco por ciento la semana pasada mientras que no se desestima una nueva suba, que también sería en torno a ese porcentaje, que se aplicaría en los próximos días.
Esta situación de precios inestables debe ser considerada en el contexto que los referentes del rubro vivieron durante 2015 al que calificaron como “un año desastroso” ya que, según sus estadísticas, durante ese año el valor de la carne aumentó más del 40 por ciento.
“Si bien luego del fuerte aumento, el precio de la carne empezó a bajar, las persistentes lluvias hacen que ingresen pocos animales al mercado por lo que es menor la oferta. De pagar tiempo atrás 57 el kilo de carne ‘en gancho’, pasamos a 62 pesos la semana pasada y no descartan un nuevo aumento que podría darse cerca del fin de semana y que ubicaría el costo del kilo cerca de los 66 pesos. En muchas oportunidades los proveedores, especulando y considerando que los montos de la carne son inestables, no entregan mercadería y cuando lo hacen directamente le modifican el precio”, contó Miguel, un carnicero de nuestra ciudad consultado por LA OPINION.
Baja en el consumo
Acompañando las estadísticas nacionales, en nuestra ciudad se advirtió una baja en el consumo de carne vacuna; en algunos casos, la comercialización sufrió un “amesetamiento”.
Los aumentos producidos durante el año, la irrupción de la carne de cerdo, el menor costo de los pollos, y la inflación de los demás productos que conforman la canasta básica, son algunos de los motivos, expuestos por los entrevistados, por el que se registró una merma en el consumo de carne vacuna.
Un carnicero consultado por LA OPINION sostuvo que “hace algunos meses que el consumo viene retraído. Hay algunas personas que solo se dan el lujo de comer asado una vez por mes, mientras que el resto de los días compran carne picada, pulpas comunes, como paleta, aguja, para hacer puchero o milanesas. Todos los fines de semana pasan por mi carnicería alrededor de trescientas personas, no bajó la cantidad de clientes pero sí lo que gastan”.
Los testigos
Jorge, encargado de una reconocida carnicería pergaminense, afirmó que se produjo una baja respecto de años anteriores. “Muchos son los factores que inciden para que los niveles de comercialización bajen”, sostuvo.
Las subas en los costos de vida hacen que el vecino deba analizar los precios y ser cauteloso a la hora de comprar. Tampoco los comerciantes pueden resignar una parte de su ganancia para poder comercializar la carne teniendo en cuenta los notorios incrementos en los gastos fijos: alquileres, servicios, etcétera. “Desde hace unos años la actitud de las personas, al momento de comprar, ha cambiado. Los vecinos están temerosos y preocupados de lo que pueda suceder, son muy cautelosos a la hora de comprar, consumen los cortes vacunos más baratos”, dijo el comerciante.
La irrupción de la carne de chancho hizo que bajara el consumo de carne de vaca, porque la de cerdo es una muy buena opción para el plato del día.
La apertura de frigoríficos y de mega carnicerías genera una evidente competencia porque las carnicerías más pequeñas no pueden competir con los precios que esos comercios ofrecen.
Otras opciones
El pollo se ubica en el segundo lugar de la demanda por debajo de los cortes de vaca. Así con un costo de 30 pesos el kilo, numerosos pergaminenses eligen la carne blanca para elaborar sus comidas. Asimismo no es descabellado pensar que, acompañando los aumentos en los precios de la carne, el fin de semana también se incrementó el pollo que podría pasar a costar 35 pesos el kilo.
Resignación
Por último LA OPINION consultó a los carniceros sobre el estado de ánimo de las personas al advertir los fluctuantes precios de los cortes cárnicos. Uno de los entrevistados aseguró que “antes las subas eran motivo de innumerables quejas, pero desde hace algunos meses, el comprador viene resignado, incluso hay algunos que hacen chistes con la situación inflacionaria”.
Fuente: La Opinión de Pergamino