Paralizó el comercio de granos y la pérdida llegaría a 90 millones de dólares.
Después del letargo que se autoimpuso por el Mundial de fútbol, el gremialismo disidente relanzó ayer un plan de lucha, con un paro nacional en todos los puertos del país. El epicentro fue en las terminales de Campana, Zárate y Rosario, lo que afectó directamente el comercio exterior de granos. Por la medida de fuerza, se calculan pérdidas económicas que llegarían a los 90 millones de dólares, según los datos que administran la Bolsa de Comercio de Cereales de Rosario y las diferentes agencias navieras.
Por día, se embarcan unas 89 toneladas en aproximadamente 80 buques. Ayer, esta actividad estuvo frenada, por lo que también se sumaron las pérdidas por los barcos frenados.
Al frente del reclamo estuvo la Federación Marítima Portuaria y de la Industria Naval de la República Argentina, un conglomerado de gremios portuarios que comulgan con la CGT de Hugo Moyano. El líder del gremio de Dragado y Balizamiento, Juan Carlos Schmid, fue uno de los impulsores de la protesta, que tuvo como bandera el rechazo al impuesto a las ganancias. No es casual: la mayoría de los sueldos de los portuarios están alcanzados por el tributo. Además, Schmid exigió «una política marítimo-portuaria planificada y contra la entrega a manos extranjeras de la marina mercante».
Guillermo Wade, gerente de la Cámara de Actividades Portuarias y Marítimas, dijo ayer que la actividad en los puertos de Rosario, al Sur y al Norte, «fue normal». Y reconoció que la medida «que realmente afectará la operatoria exportadora» será el paro anunciado por el gremio aduanero Supara, que confirmó un paro de actividades desde la 0 de mañana hasta el viernes a las 24.
En el Centro de Navegación informaron no tener mayores detalles del impacto de la medida de ayer, aunque admitieron que, según las primeras informaciones, el alcance habría sido importante, sobre todo en algunos sectores como el de remolque.
Fuente: La Nación