Tras la cosecha de los cereales, Diego de la Torre del Inta Balcarce explicó cómo deben mantenerse los granos almacenados.
Los productores, luego de la cosecha de trigo y cebada, enfocan ahora sus esfuerzos en conservar de la mejor manera el
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material hasta su venta. De esta manera, y previo a los procesos de industrialización del cereal, el objetivo será minimizar las pérdidas de calidad durante las fases de almacenamiento, secado y transporte.
Según publicó Clarín Rural , el ingeniero agrónomo Diego de la Torre, del INTA Balcarce, explicó que las pérdidas de calidad durante el proceso de almacenamiento se reflejarán en una baja eficiencia, tanto en el proceso industrial como en la disminución de calidad de harinas y aceites.
En este camino, el profesional destacó que al momento del almacenamiento del grano -tanto en bolsa plástica como silos y celdas- existen tres preceptos que no deben descuidarse: baja humedad, baja temperatura y limpieza.
Para cuidar bien lo cosechado en la fina, de la Torre explicó que se debe almacenar con una temperatura igual o inferior a la humedad de recibo, que es del 14% para trigo y 12% en el caso de cebada cervecera. Así, se genera en el interior del granel una humedad relativa por debajo del 70%, insuficiente para el desarrollo de hongos, la principal causa de deterioro. “Por encima de estos valores, se desarrollan y consumen la materia seca del grano”, señaló.
En relación a la temperatura, el técnico sostuvo que si se mantiene por debajo de los 17 grados, permitirá retrasar el deterioro causado por hongos.
“Este proceso no se puede frenar; solo nos permite ganar tiempo hasta que podamos secar o acondicionar el grano”, destacó.
En cuanto a la limpieza, es un punto a no descuidar, y mientras mayor sea, mejor se desarrollará el proceso de su conservación, indicó el especialista.
Otro interrogante común entre los productores es el tiempo de almacenamiento.
En este punto, el profesional afirmó que más allá de las condiciones al momento de guardar el grano, un período prolongado implica un mayor riesgo de pérdida de calidad.
“En trigo y cebada, las altas temperaturas estivales durante su cosecha incrementan el riesgo de deterioro, acelerando los procesos biológicos de descomposición y la actividad de insectos”, remarcó. Eso debe tenerse en cuenta en este momento. Por eso, para el almacenamiento de granos en silos y celdas, indicó una serie de procedimientos que apuntan a conservar calidad e inocuidad.
En primer término, el denominado “descorazonado de silos”, que consiste en extraer el centro o corazón de la masa de granos, eliminando la mayoría del material fino que normalmente se concentra en la columna central del silo. En esta línea, otras medidas que incrementan la eficiencia es no descuidar la aireación, y en aquellos casos en los que no se pueden alcanzar temperaturas que prevengan el desarrollo de insectos, se debe recurrir a refrigeración artificial.
Por su parte, al momento de hacer silo bolsa, un aspecto fundamental es almacenar el grano seco, porque al igual que las estructuras tradicionales, a más humedad existe un mayor riesgo de deterioro. En este punto, el profesional aconsejó que también se debe guardar el material a humedad de recibo, o inferior. “Tanto en silo, celda y bolsa plástica, es importante no descuidar el monitoreo constante y el control de insectos”, concluyó.
Fuente: Infocampo