Controles: El nuevo ministro Casamiquela dijo que se «revisará» el sistema de control al sector, pero no habló de su eliminación; le restó representatividad a la Comisión de Enlace.
El flamante ministro de Agricultura, Carlos Casamiquela, no prevé realizar grandes cambios en la política hacia el campo. Ayer, durante la puesta en funciones de su equipo junto con su par de Economía, Axel Kicillof, Casamiquela no dio ningún indicio de que el Gobierno pretenda avanzar en la eliminación del sistema que hoy traba la comercialización y la exportación de los productos del sector, como en los cultivos de trigo y maíz, fuertemente cuestionado por la Comisión de Enlace. Sólo dijo que se «revisarán» los Registros de Operaciones de Exportación (ROE), la herramienta de control que dificulta el comercio, para «mejorarlos», pero no habló de eliminarlos.
Además, respecto de la Comisión de Enlace, que la semana pasada le pidió una audiencia, si bien no rechazó que quiera dialogar con esta agrupación, como había trascendido de algunas versiones, no fue explícito en cuanto a cuándo la recibirá, pero además expresó que no representa a todos los productores.
«Voy a trabajar por cadenas y por territorios. Así que toda la dirigencia que esté vinculada al sector por cadenas o por territorios va a tener el espacio totalmente asegurado para dialogar con nosotros», señaló Casamiquela a Radio América.
Cuando fue consultado sobre si la cuestión del diálogo pasaba «solamente por la Mesa de Enlace», el ministro de Agricultura fue ambiguo: «No, absolutamente no. La Mesa de Enlace no tiene el grado de representación total de todos los productores del país. Y nosotros sabemos que queremos trabajar con todos los productores que están involucrados en los procesos de desarrollo y transformación en los territorios, en las economías regionales, vamos a trabajar con todos los dirigentes del sector».
Luego de estas declaraciones, cerca del funcionario buscaron bajarles el tono y señalaron que la referencia a «todos» incluía a la Comisión de Enlace. No obstante, no habría encuentro en lo inmediato. La ambivalencia le valió una crítica de Rubén Ferrero, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA). Ferrero calificó de «lamentable» si eventualmente el ministro no dialogara con la Comisión de Enlace.
Sorpresa en trigo
En cuanto a los ROE, el funcionario pretende «revisar» pero no eliminar ese mecanismo. «Tenemos una visión de que hay que revisar eso para ver si se puede mejorar y favorecer los mecanismos, que no signifiquen una traba al proceso de comercialización», indicó.
Una muestra de que continuaría ese sistema de control que manejó el renunciado secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, es que el propio Moreno les dijo a los molinos harineros que le pasó a su reemplazante, Augusto Costa, el tema comercial. Así, las cuestiones de la comercialización se seguirán decidiendo primero en Comercio Interior, área que controla Kicillof, antes que en Agricultura.
Casamiquela dio también una sorpresa con el trigo. Expresó que la cosecha rondaría los 8,5 millones de toneladas. Es una cifra más baja incluso que la de 8,8 millones que el ex ministro Norberto Yauhar difundió, hasta que después decidió anularla.
Ante la estimación de Casamiquela, ayer había zozobra entre los exportadores. Sucede que si se producen 8,5 millones, el consumo se lleva 7 millones y hay que recuperar el stock guardando 1,5 millones de toneladas. Ergo, no quedará saldo exportable. «Si esa producción se cumple, no vamos a exportar nada», dijo un operador. En contraposición con la información oficial, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires espera 10,35 millones de toneladas.
Fuente: La Nación