Al igual que la semana pasada, el Arroyo Pergamino mostró ayer un abundante caudal producto de las lluvias del lunes. Como sucede naturalmente, horas después de que llueva de manera desproporcionada, el cauce comienza a crecer por el ingreso del agua de los campos situados al oeste del casco urbano.
Asimismo, por la saturación que existe en la desembocadura del Arroyo, en el Río Arrecifes, el agua no es transportada con la velocidad ideal, hecho que incide para que la crecida se mantenga más tiempo de lo normal. De todas maneras, el agua nunca estuvo cerca de desbordar los terraplenes y la circunstancia fue aprovechada por muchos entusiastas aficionados a la pesca y convecinos que gustan apreciar cuando el casi siempre manso arroyo de llanura se convierte en un torrentoso cauce.
Fuente: La Opinión de Pergamino