Lo dijo ayer Roberta Jacobson, la encargada para América latina del Departamento de Estado. Fue una respuesta a las críticas a Estados Unidos que hizo Cristina Kirchner frente a Barack Obama.
Se tomó su tiempo, pero al final el gobierno de Estados Unidos reaccionó ante la escalada de críticas que Cristina Kirchner le dedicó en las últimas semanas, que incluyeron desde las acusaciones al juez Thomas Griesa y el poder judicial de ese país por buscar “desestabilizar” su Gobierno junto a empresas estadounidenses como American Airlines y el encargado de negocios de la Embajada en Buenos Aires, Kevin Sullivan -al que le recomendó “callarse la boca”-, hasta las más directas a la política exterior de Barack Obama en el combate al terrorismo que realizó esta última semana en las Naciones Unidas.
La encargada para América Latina del Departamento de Estado, Roberta Jacobson, evitó responder de manera personal. De hecho, ni siquiera se refirió a la Presidenta por su nombre. Sin embargo, reconoció ayer que la relación con Argentina atraviesa un “período difícil”. Pero al igual que hizo su gobierno otras veces en los últimos años cada vez que la relación se tensó desde Buenos Aires, la subalterna de John Kerry intentó bajar la tensión y dijo seguir “esperanzada en poder tener una relación positiva” con la Argentina.
El nuevo pico de tensión en la compleja relación bilateral de la década kirchnerista comenzó luego de que en junio la Corte Suprema de Estados Unidos rechazara la apelación argentina y dejara firme el fallo de Griesa que obliga a pagar US$ 1.600 millones a los holdouts.
El Gobierno argentino buscó escalar el entuerto jurídico a una disputa política y demandó a los Estados Unidos ante la Corte Internacional de La Haya. Washington desestimó de plano esa posibilidad, urgiendo a la Argentina a que resuelva sus problemas directamente con los bonistas que no ingresaron al canje.
“ No creemos que sea un asunto entre nuestros dos gobiernos ”, insistió ayer Jacobson. “Es un asunto que deben resolver los tribunales y no debería afectar nuestras relaciones bilaterales”, consideró en una conferencia de prensa ayer por la mañana en el décimo piso de la misión de los Estados Unidos ante la ONU, ante un pequeño grupo de periodistas, entre ellos Clarín.
Aunque la subsecretaria de Estado para asuntos del Hemisferio Occidental dedicó la mayor parte de su alocución a México, Cuba, Colombia, Venezuela y los niños latinoamericanos que cruzan solos la frontera con Estados Unidos, la primera pregunta de una agencia internacional fue sobre la relación con Argentina.
Estados Unidos no había emitido ninguna opinión desde que la Presidenta descargara la semana pasada su furia contra Sullivan (el máximo diplomático estadounidense en Buenos Aires mientras se demora la confirmación del nuevo embajador, Noah Mamet), cuando en declaraciones a Clarín hizo votos para que la Argentina resolviera pronto sus problemas con los bonistas, pero cometió la impertinencia de mencionar la palabra “default”, que utiliza buena parte del mercado pero el Gobierno niega.
Obama también soportó en silencio -aunque con cierta cara de fastidio- las críticas que Cristina le dedicó el miércoles en el consejo de seguridad de la ONU.
Ayer, finalmente, Jacobson definió la disputa que lleva adelante el Gobierno contra los holdouts como un “asunto muy complejo”. “Esperamos que se pueda resolver de un modo que Argentina retorne a la comunidad financiera internacional, vuelva a crecer y sea productiva”, dijo. Aseguró que su país sigue interesado en la “cooperación bilateral” y destacó áreas fructíferas en ese sentido como la energética, el combate al terrorismo y la no proliferación nuclear.
Fuente: Clarín