En el cultivo de trigo lo más notorio es el avance sostenido de las enfermedades, inclusive en lotes tratados. La presencia de enfermedades foliares se ha generalizado y se ha acentuado la presencia de roya, mientras que se han detectado signos de fusariosis de la espiga.
Comenzadas las tareas de recolección en el NOA y NEA, los primeros resultados están materializando las expectativas de rindes bajos para trigo. En la principal área triguera las condiciones son muy buenas, lo que permite sostener un rendimiento estimado nacional de 29,5 qq/ha. Por el momento se trabaja con la hipótesis de 190 mil hectáreas que no serían recolectadas. Aunque esta parte de la ecuación (superficie no cosechada) podría seguir ajustándose, se estima una producción triguera en torno a los 10 millones de toneladas.
El clima de septiembre y de octubre retrasó las siembras de maíz. El avance de implantación a nivel nacional está muy demorado. En promedio, para fines de octubre suele estar sembrado el 60% del área. En este ciclo, la cobertura es de 20 puntos menos, el 40% de la superficie maicera. Santa Fe y Buenos Aires son las provincias que muestran los mayores retrasos. De no normalizarse el patrón de lluvias, será difícil completar la cobertura de intención de 4 millones de ha.
Se proyecta una superficie de intención de siembra de soja 2012/13 de 19,5 millones de hectáreas, casi 4% por sobre la campaña pasada. La siembra de soja comenzó muy aisladamente, con retraso y bajo un marco de gran incertidumbre por el elevado perfil húmedo.
Maíz
El clima de septiembre y octubre ha condicionado severamente el avance de la siembra maicera de la campaña 2012/13. Tomando patrones históricos, el retraso en las labores es notable, 20 puntos menos respecto del 60%. Tomando la campaña pasada como punto de comparación, ciclo que se caracterizó por una implantación retrasada por falta de condiciones adecuadas, la demora es más importante aún en este ciclo. Córdoba no está tan retrasada pero Santa Fe notoriamente sí y Buenos Aires ha cubierto sólo las dos terceras partes del área implantada a esta fecha el año pasado. Con un atraso tan significativo se enfatizan los escasos días que restan para cerrar la ventana oportuna de siembra. De allí que el pensamiento recurrente cuando se analizan dos de las tres principales provincias productoras pasa por la implantación de maíces de segundas fechas, o cambiar el destino de los lotes a soja. En la zona núcleo faltan por sembrar unas 70 mil has y los escenarios de lluvias siguen repitiéndose. En las provincias que son afectadas por excesos hídricos se observan manchones en lotes implantados, pérdidas de plántulas y en casos puntuales hay necesidades de resiembras. Con este marco y de no normalizarse las lluvias difícilmente podrán implantarse las 4 millones de hectáreas de intención de siembra de maíz.
Soja
En la semana pasada comenzó en forma muy aislada la campaña de soja 2012/13, que se proyecta con una superficie de intención de 19,5 millones de hectáreas. Esta cifra expresa un crecimiento de 3,7% sobre la campaña pasada.
La temporada empieza con retraso y con incertidumbre por el marcado perfil húmedo que se vienen desarrollando en los últimos tres meses. Los pronósticos de lluvias que se repiten semana a semana y el año Niño que augura lluvias por encima de los valores normales, hacen prever siembras muy trabadas, problemas de implantación, siembras que se superpondrán con las de maíz y que empiezan con un importante retraso. Los lotes que ocupan posiciones topográficas bajas en la región pampeana o los cuadros que tienen problemas de drenaje no tienen las condiciones de piso necesarias para que la maquinaria ingrese y no se prevé que puedan ingresar por al menos las próximas dos semanas. La región núcleo está en alerta anaranjada, los suelos están saturados, hay problemas de circulación por anegamientos de caminos y canales y arroyos desbordados. Hay un número de hectáreas que hoy no son posibles de cuantificar que pueden no sembrarse en esta campaña. De haber un pulso seco que se instale en las próximas semanas restauraría el ritmo de siembra y minimizaría el impacto de lo sucedido, pero lamentablemente este no parece el escenario más probable en el corto plazo.
Fuente: La Opinión de Pergamino