El crecimiento económico del gigante asiático, que disparó la importación de granos forrajeros como la soja y el maíz, es un punto de inflexión para el agro.
El stock mundial de granos (70% maíz), ante todo en Estados Unidos y China, cayó entre tres y cinco puntos por primera vez en cinco años; y esto ocurrió cuando la demanda mundial de commodities agrícolas alcanzó un récord histórico de 2.089 millones de toneladas en el ciclo 2017/2018.
La causa inmediata de este récord de demanda es la disminución experimentada por el precio de los granos de más de 40% en los últimos 5 años, consecuencia de las cinco “supercosechas” norteamericanas de este período, que han provocado un shock de superoferta en el mercado mundial.
La causa de fondo es el incremento de la demanda en China debido al alza de 8,5% anual ocurrida en el ingreso per cápita, lo que a su vez provoca un crecimiento de entre un 15% y un 20% anual en las importaciones de granos para la alimentación animal (soja / maíz), desatada por el vuelco masivo de la población al consumo de proteínas cárnicas.
El costo de las importaciones ha aumentado 10,6% este año, y alcanzarían a U$S 1.300 millones. Esto se debe tanto al alza del volumen del comercio internacional (un crecimiento del 15%) como al auge de los precios del transporte marítimo (un aumento del 30% respecto al año anterior).
Los costos de importación de los productos lácteos son los que más han aumentado (leche en polvo, con un incremento del 50% anual); y lo que arrastra el auge de los costos de importación es el crecimiento notable de la demanda en China.
El resultado ha sido que los mercados de futuro se han ampliado en más de 1,4 millones de contratos en los primeros 6 meses del año.
Los fondos especulativos también han reaparecido en los mercados de futuro agrícolas. El Índice Blomberg mostró en septiembre una ganancia de 2,9% por primera vez en doce meses.
Esto sucede cuando la producción de granos en China alcanzó a 612,2 millones de toneladas en el ciclo 2016/2017, con una cosecha de maíz de 219,6 millones de toneladas (que es un 4% inferior en comparación con el ciclo anterior), la mayor reducción en 4 años.
El consumo de carnes en China ascendió a 57 kilos por habitante/año en 2016, y treparía a 60 kilos o más en 2017: implica un faenamiento de 600 millones de cabezas de ganado porcino en el último año.
También China responde por el hecho de que hace tres años que la producción industrial ictícola supera en el mundo a la pesca de captura; y más de 70% de la industria ictícola mundial está situada en la República Popular en los alrededores de Dalian.
Los stock de reservas de granos de China (80% maíz) crecieron constantemente en los últimos 5 años; y ahora, por primera vez en un lustro, han comenzado a reducirse.
La razón es el cambio de política del gobierno de Beijing, que ha abandonado los precios sostén del maíz desde abril (aunque ha dejado en pié los de trigo y arroz).
Ha eliminado así el principal incentivo doméstico a la constitución de los mayores stocks de granos del mundo.
Por eso, los mercados de futuro de maíz del mercado bursátil de Dalian –la Chicago de Oriente- han caído 46% en los primeros 6 meses de 2017 en relación a su pico histórico del año 2015.
La caída del stock de granos en el mercado mundial en los primeros 6 meses de 2017, en el contexto de un crecimiento notable de la demanda global, es un punto de inflexión en la historia del negocio agroalimentario internacional.
Fuente: Clarín