El Inta Pergamino y la Aianba organizaron la IV Jornada de Cultivos Invernales en la que se plantearon los principales temas a tener en cuenta sobre el cereal. “Cuando se plantea un negocio con mayor simplicidad como el de la soja, que se vende fácil, difícilmente el productor pueda volver al trigo”, dijo Reinaldo Muñoz.
La lluviosa mañana del martes no impidió que se pudiera desarrollar con total normalidad la cuarta edición de la Jornada de Cultivos Invernales que anualmente organizan el Inta Pergamino y la Asociación de Ingenieros Agrónomos de la zona Norte de la provincia de Buenos Aires (Aianba).
Tras la presencia formal de autoridades de las instituciones organizadoras de la reunión, se procedió al desarrollo de los distintos temas pensados para que asesores y productores tuvieran la información necesaria para planificar la venidera siembra de cara a la campaña fina 2014/2015.
A diferencia de los encuentros anteriores, en esta oportunidad el inicio se dio con un tema que siempre cerraba las jornadas, el de los mercados. Allí se hizo presente Reinaldo Muñoz con sus siempre interesantes análisis económicos. El especialista remarcó el buen momento ambiental para el cultivo e indicó que se esperan unos 4.200 millones de hectáreas en lo que denominó como “un revival del trigo”.
“Sería una recomposición sin el cambio protagónico que el sector necesita del trigo, es decir, aquellos cinco o seis millones que se plantaron durante muchos años en Argentina”, remarcó Muñoz, explicando que esa situación no ocurre: “Se puede demostrar que la zona núcleo triguera está repleta de soja y que la vuelta al trigo no se da, porque cuando se plantea un negocio con mayor simplicidad como el de la soja, que se vende fácil, difícilmente el productor pueda volver al trigo por más que las condiciones ambientales y productivas lo permitan”.
Además Muñoz marcó que, en cuanto a los mercados, hay dos factores alcistas que mejoran la posición del trigo: por un lado el conflicto Rusia-Ucrania y por otro la mala cosecha de trigo en Estados Unidos.
“Con 200 dólares la tonelada y con los planteos técnicos correspondientes los resultados son relativamente buenos. Pero la variable decisoria no es lo económico, sino los problemas (como en la soja) de la necesidad de planes de rotación, control de malezas y enfermedades”, cerró el economista.
Semillas
El segundo tema expuesto en la reunión fue el de la importancia que se debe prestar a la sanidad de las semillas. Para tal fin fue convocada la doctora Mercedes Scandiani, de la firma Rizobacter, que fue clara al resumir su presentación en la idea de “tratamos de transmitir a los asesores la importancia de determinar cómo se encuentra la salud de la semilla”.
Haciendo referencia a la situación actual en cuanto al tema, la especialista destacó que “la salud de las semillas es un tema bastante desestimado porque reconocen bien la enfermedad a campo, pero se desestima que eso puede ser introducido en un lote a través de la semilla”. Sobre esa base, Scandiani recalcó que es necesario ir al laboratorio y pedir un test de sanidad para conocer la salud de la semilla y no quedarse sólo con los análisis sobre poder germinativo.
Un tema que en los últimos tiempos ha despertado gran interés en el medio está vinculado a las regalías extendidas, apéndice surgido con mayor fuerza a partir de los trabajos realizados en torno de la creación de la Ley de Semillas en Argentina.
Con el objetivo de presentar información para que el medio conozca en qué situación se encuentra nuestro país, fue invitado a participar Roberto Enriquez, gerente de la Asociación Argentina de Protección de Obtenciones Vegetales (Arpov). Las problemáticas que tienen las empresas semilleras fue el objetivo de su presentación. Allí se pudo apreciar el resultado en Argentina de reconocimiento de propiedad intelectual, “del cual se desprende un mercado que tiene mucho por crecer, ya que las empresas asociadas invierten mucho en el desarrollo de nuevas variedades, las cuales a la hora de ser sembradas no tienen el repago a la inversión que previamente se hizo”.
El ingeniero agrónomo detalló además que “para hacer una nueva variedad se requieren al menos seis o siete años de trabajo, y cuando ésta llega al mercado es muy poco el reconocimiento al valor de la propiedad intelectual que tiene la semilla que siembra el productor”.
Calidad y rendimiento
El cierre quedó para Ignacio Terrile, quien presentó los resultados de los ensayos sobre comportamiento de cultivares de trigo pan en el norte de Buenos Aires, trabajo que elabora el Instituto Nacional de Semillas (Inase) con la colaboración del Inta y en el cual participan todos los cultivares trigo pan comerciales que se multiplican en semillas de calidad certificada o fiscalizada.
“Lo que vemos es que hay una mejora genética en rendimiento asociada a buena calidad comercial e industrial, ya contamos con cultivares disponibles con estos caracteres, situación que hace cinco años no se veía”, destacó Terrile.
Superado ese requerimiento tan solicitado por los productores en su momento, ahora el trigo afronta un nuevo desafío, el cual está vinculado a “lograr variedades que se adapten a los nuevos sistemas de producción, que sean estables en rendimiento y en la calidad industrial a lo largo del tiempo; y sobre todo que sean resistentes y tolerantes a las enfermedades, tanto las conocidas como las que están apareciendo nuevas”, explicó el especialista.
-¿Por qué es importante?
-Esa mejora sería importante porque, si viene incorporada en la semilla, es la más barata forma de control y la que tiene menor impacto ambiental, por eso desde el Inta recomendamos trabajar en ese sentido.
Fuente: La Opinión de Pergamino