El pueblo, que se formó junto a la estación Pinzón construida sobre el ramal de Pergamino a Vedia, de la Compañía General de Ferrocarriles en la Provincia de Buenos Aires, se encuentra a escasos 15 km. de la ciudad cabecera. Considerándose como fecha de fundación la del 1° de diciembre de 1910. Un acceso pavimentado de 12 km. lo comunica con la ruta Nacional N° 8, y de allí a la ciudad solo bastan unos pocos minutos.
Sus 395 habitantes, viven en este hermoso lugar del partido, una existencia tranquila. En nuestro partido la vida rural, transcurre entre las ocupaciones diarias de sus habitantes, la atención de la actividad comercial, las labores de las amas de casa en las cuestiones domésticas, la instrucción primaria, de doble jornada en este caso, y las actividades agropecuarias.
Todo ello en un ámbito de tranquilidad y alegría que brindan los pueblos.
FIESTA PATRONAL: 11 de febrero. Nuestra Señora de Lourdes.
Y cuando el calor aprieta con fuerza y todos pensarían que es imposible realizar una reunión para evocar la festividad religiosa más importante de la localidad, allí se congregan los pinzeños a celebrar a su madre de Lourdes.
Distintas celebraciones populares dan marco a esta verdadera fiesta. Todo ocurre allí en el interior del templo de la localidad, adaptado con el esfuerzo y la dedicación de los vecinos, cuya piedra fundamental se colocó el 21 de diciembre de 1958, en lo que fuera el edificio del Sr. Antonio Mollo (ex casa de la familia Fontana). Las procesiones con la patrona y los festejos en su honor se dan cita en el mes de febrero y duran todo el día.
HISTORIA
Los orígenes ferroviarios:
La Compañía General de Ferrocarriles en la Provincia de Buenos Aires, (Compagnie Générale de Chemins de Fer dans la Province de Buenos Aires) por su nombre en francés, fue fundada en 1904 con la intención de operar una red de ferrocarriles de trocha angosta (un metro).
El 26 de setiembre de 1904 la Ley Nacional N° 4417 , concedió a los Sres. Casimiro de Bruyn y Rómulo Otamendi el derecho para construir y explotar varios ramales, entre los que se contaban, una línea entre Buenos Aires y Rosario, que pasaría por Pergamino. El artículo 12 de la ley autorizaba la construcción de 16 ramales, entre ellos, uno de nuestra ciudad a Vedia.
El 24 de marzo de 1905 el gobierno nacional aprobó por decreto la transferencia de los dos titulares originales a favor de la C.G.F.P.B.A. ó C.G.B.A., por sus siglas más usuales, una empresa de capitales franco-belgas, que integraban el Banque de l´Union Parisienne, La Banque de París et des Pays Bas y la Societe Generale de Belgique, estableciendo su sede en París.
Rómulo Otamendi y el belga Casimiro de Bruyn quedaron a cargo del directorio constituido en el país.
Como era común entonces una serie de estrechas vinculaciones comenzaron a establecerse, Otamendi, era gerente de la Compañía de Ferrocarriles de la provincia de Santa Fe, mientras que de Bruyn era uno de los principales gerentes de la importante empresa comercializadora de granos belga-argentina Bunge y Born.
Al interés de la empresa cerealista de tener ingerencia en nuevos ramales que le permitieran manejar la creciente producción del interior del país, se sumaba la intención de promover la colonización agrícola como una forma de incrementar dicha producción. Para los banqueros propietarios del ramal, la alianza con Bunge & Born se presentaba como beneficiosa, teniendo en cuenta los importantes vínculos que la empresa poseía en los círculos de poder de entonces, y que indudablemente supo conservar a lo largo de todo el siglo XX; obviamente, ello significó la oposición de los intereses ingleses, que habían comenzado en el negocio varias décadas antes, y estaban afianzados para esa época.
Uno de los bancos centraba su interés en los préstamos hipotecarios o hipotecas rurales, por lo que estableció el Banco Hipotecario Franco Argentino, que inyectó grandes cantidades de capital europeo en el sistema.
El 25 de enero de 1908, quedó habilitado el ramal entre Buenos Aires y Rosario que pasaba por Pergamino.
A partir de allí comienza la construcción y ampliación de los ramales. La pampa pergaminense, otrora solitaria, que surcaran las desvencijadas galeras de las Mensajerías Nacionales, se inundaba ahora de ese humo denso y negro que despedían los oscuros monstruos del progreso, circulando sobre dos simples tramos de acero, como venciendo a la gravedad…, como venciendo al pasado.