Se realiza en el marco del Plan Nacional de Erradicación de la enfermedad. Es una acción sanitaria indispensable para resguardar la inmunidad de la ganadería argentina y mantener y fortalecer el estatus sanitario internacional alcanzado.
El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) informa que el 15 de este mes comenzó la segunda campaña de vacunación anual contra la fiebre aftosa en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos, Santa Fe, La Pampa y San Luis, la cual es obligatoria y se extenderá hasta el 15 de diciembre.
En Córdoba, La Pampa y San Luis la inoculación abarca sólo a las categorías menores de bovinos, es decir que no incluye vacas ni toros, los cuales recibieron su dosis en la primera campaña. En tanto que en Buenos Aires y Entre Ríos en esta oportunidad se inoculará a todas las categorías. Además en La Pampa, San Luis y Entre Ríos en simultáneo se realiza la vacunación contra la brucelosis.
El control, seguimiento, monitoreo y auditoría a campo de la campaña estará a cargo de los técnicos de los centros regionales Córdoba, La Pampa-San Luis, Entre Ríos, Metropolitano, Buenos Aires Norte y Buenos Aires Sur del Senasa.
La vacunación, que se realiza en el marco del Plan Nacional de Erradicación de la Fiebre Aftosa, regulada por la Resolución Nº 5/2001, es una acción sanitaria indispensable para resguardar la inmunidad de la ganadería argentina y mantener y fortalecer el estatus sanitario internacional alcanzado por nuestro país.
En la actualidad Argentina está reconocido internacionalmente como libre de fiebre aftosa con vacunación en el territorio ubicado al norte del Río Colorado y libre de la enfermedad sin vacunación en las regiones Patagonia Norte B y Patagonia Sur.
La tarea la desarrolla el Senasa junto con los productores, entes sanitarios y laboratorios que elaboran las vacunas en un esfuerzo conjunto fundamental para garantizar el éxito de estas campañas.
La enfermedad
La fiebre aftosa es una enfermedad viral muy contagiosa, de curso agudo, que afecta a animales de pezuña hendida como bovinos, ovinos, caprinos, porcinos, jabalíes, ciervos, llamas y vicuñas, entre otros. Cursa con gran número de animales enfermos (alta morbilidad) y escasa mortalidad en los rodeos afectados. No es una zoonosis, por lo tanto no afecta al hombre.
La enfermedad es causada por un virus que fue aislado por primera vez en 1897; está clasificado como enterovirus como miembro de la familia Picornaviridae.
El virus se transmite por contacto con los animales infectados, por productos animales infectados y objetos contaminados.
En el ganado bovino los signos característicos son pirexia, lasitud, anorexia, salivación excesiva, chasquido de labios y babeo, acompañando esto por la formación, ruptura y erosión de las vesículas o aftas bucales. Cuando están afectadas las patas, se presenta cojera. La lactación se encuentra disminuida y son comunes los abortos y la mastitis.
En los países donde la enfermedad es enzoótica, su incidencia es controlada por programas de vacunación. En un creciente número de países la vacunación es obligatoria, en otros es voluntaria. En los países que generalmente están libres de aftosa, ésta es erradicada por medio de sacrificios, siguiendo con una total desinfección de los predios. En estos casos los animales sacrificados son generalmente destruidos por incineración o enterramiento.
Fuente: La Opinión de Pergamino