El conflicto por la deuda en default / Brote de desconfianza en el mercado: Hubo recelo inversor por las implicancias de la jugada oficial; el bono en dólares que se pagará en dos semanas fue lo más buscado y el cupón, lo más vendido.
A juzgar por las reacciones que dejaron ver ayer mediante sus apuestas de negocios, el anuncio de la próxima reapertura del canje con el agregado del intento de cambiar de legislación la deuda pactada bajo ley extranjera no hizo más que aumentar la ansiedad que los inversores locales muestran por escapar del peso y pasarse al dólar por el atajo más corto.
La conclusión puede extraerse al examinarse los reacomodamientos que disparó el anuncio oficial y observar que no sólo aumentó la presión sobre el dólar (reflejada en el salto de $ 9,28 a 9,52 que mostró el precio del billete en el mercado paralelo), sino que disparó la demanda del Bonar 2013, el bono que en apenas dos semanas repartirá poco más de 2000 millones de dólares entre inversores: registró ayer 1050 operaciones en la Bolsa porteña, el doble de las que concentró el Boden 15 (también en dólares), que por su liquidez suele ser el bono más operado en la plaza local.
Los que compraron este título (cuyo pago promocionó el Gobierno en los últimos días como muestra de su voluntad de cumplir) lo hicieron a cotizaciones que fueron de $ 900 a 922 por lámina nominal de 100 dólares. Esto quiere decir que validaron un tipo de cambio (considerando la tasa de interés de 3,5% que paga el título, además del reintegrar el capital) que varió de $ 8,6950 a 8,90, según el precio al que lo hayan suscripto, con tal de asegurarse el acceso legal y sin restricciones al billete en el corto plazo.
La jornada mostró además un renovado castigo al riesgo argentino en particular, en rueda también difícil para los activos de riesgo en general a nivel global por la coberturas que se accionaron por temor a los efectos de un posible ataque a Siria.
Por caso subió 4,2% la tasa de riesgo país, para volver a ubicarse por encima de los 1100 puntos por primera vez en lo que va de agosto, y se disparó el costo de asegurarse contra un posible nuevo default de deuda argentina, toda vez que una de las dudas es si el cambio de jurisdicción no puede ser catalogado como un incumplimiento técnico que accione el pago de este tipo de coberturas. Ese temor encareció en más de 350 puntos básicos el costo de estos seguros que, a un plazo de cinco años , alcanzaba las 2725 unidades, según reportó la corredora Markit.
«Hay miedo de que la Argentina busque eludir el fallo de la Corte. [En el mercado] están pensando que si la Corte levanta el «stay» la Argentina pueda llegar a un default técnico y puede estar en peligro el pago de [bonos] de septiembre», explicó a Reuters Alejo Costa, jefe de estrategia de la banca de inversión Puente.
Su colega Richard Segal, analista de Mercados Emergentes de Jefferies en Londres, consideró esa reacción «natural» porque el intento de cambiar el lugar de pago de los bonos luce «complejo», dado que «los inversores internacionales son reacios a renunciar a una gran parte de sus derechos legales».
Parte de esa percepción se debió a que, más allá de que la medida ratifica voluntad de pago, derivaría los pagos en dólares hacia una plaza que ganó fama por sus restricciones a las operaciones con divisas.
Este fantasma buscó eliminar el presidente de la Comisión Nacional de Valores (CNV), Alejandro Vanoli, que aseguró, mediante la agencia oficial Télam, que para los tenedores de bonos argentinos «no rige ninguna restricción cambiaria». «Con el marco normativo actual, los inversores se llevan los dólares al exterior periódicamente y podrán tener los bonos depositados en Caja de Valores y recibir los pagos y enviarlos al exterior sin problemas, o incluso transferir el bono a Euroclear y Eurostream, que son cajas de valores europeas», aclaró.
OTRAS SEÑALES
El índice de precios de la Bolsa porteña cedió 1,26% en rueda con amplia mayoría de bajas (50 vs. 16 alzas) y con los papeles bancarios como principales víctimas con pérdidas que fueron del 3 al 4 por ciento.
A su vez, hubo un ajuste generalizado entre los bonos de la deuda en pesos, mientras que entre los emitidos en dólares se notó un arbitraje: a excepción de los que pagan algo en el muy corto plazo, cayeron los colocados bajo ley local y rebotaron los emitidos bajo ley de EE.UU. que estaban bastante más rezagados.
«Los inversores vendieron los bonos con legislación local y se pasaron a los de ley extranjera porque están más baratos. La interpretación es simple: con los mismos pesos pueden comprar más bonos, y luego canjearlos en el país», explicó el analista Rubén Pasquali:
La presunción es que la operación de canje borraría el diferencial de precios, en favor de los títulos locales, abierto por el avance del juicio del juicio en Nueva York.
Pero lo más llamativo fue el castigo que recibieron los cupones del PBI, que se hundieron hasta 9 por ciento. Para los analistas, fueron el activo local más vendido porque era el que más había ganado en los últimos tiempos. Pero también se teme que esta disputa acelere los problemas que ya exhibe la economía argentina para sostener su crecimiento.
Por Javier Blanco | LA NACION